McDonald’s abrió la semana pasada su primer restaurante parcialmente automatizado, con máquinas que manejan todo, desde tomar pedidos hasta entregar la comida . La inauguración generó respuestas positivas y negativas en las redes sociales.
McDonald’s dijo en una publicación de blog de diciembre sobre el programa piloto en Fort Worth : » Las características, por dentro y por fuera, están dirigidas a los clientes que planean cenar en casa o mientras viajan».
En el interior, una sala de recogida de entregas permite a los mensajeros recuperar los pedidos «rápida y cómodamente». Los clientes pueden realizar sus pedidos en los quioscos y obtenerlos en un estante de recogida. No hay asientos disponibles.
Fuera del restaurante hay varios espacios de estacionamiento dedicados a la recogida de pedidos en la acera, así como espacios de estacionamiento designados para repartidores. Un «carril de pedido anticipado» separado permite a aquellos que ordenan con suficiente anticipación a través de la aplicación de McDonald’s saltarse la línea tradicional Drive Thru y recibir sus pedidos a través de una cinta transportadora.
Los humanos todavía preparan la comida. Keith Vanecek, el franquiciado que opera el restaurante de prueba, dijo: “La tecnología de este restaurante no solo nos permite atender a nuestros clientes de maneras nuevas e innovadoras, sino que le brinda al equipo de nuestro restaurante la capacidad de concentrarse más en la velocidad y precisión de los pedidos, lo que hace la experiencia más agradable para todos.”
Si bien es » considerablemente más pequeño» que un restaurante McDonald’s tradicional, un portavoz de McDonald’s le dijo a The Guardian que el personal es comparable al de una ubicación típica.
Un video de TikTok que documenta la experiencia de @foodiemunster ha generado más de 1,3 millones de descargas.
Entre las respuestas al video había una que predecía que la automatización provocaría la pérdida de «millones de puestos de trabajo». Muchos comentaristas vincularon el cambio con la necesidad de salarios mínimos más altos. Otros lamentaron la pérdida de asistencia humana. Uno dijo: «Oh, no, primero tenemos que hablar con Siri y Google [y] ahora tenemos que hablar con otra computadora».
Otro comentó: “No, gracias. Me encanta la gente que trabaja allí. Quiero oír voces y ver rostros. ¡Quiero ver sonrisas en ambas ventanas!
Algunos, sin embargo, celebraron la innovación como un paso hacia pedidos más rápidos y precisos, y vieron que el personal se beneficiaba al poder concentrarse en tareas menos tediosas. Uno bromeó: “Los robots no juegan en sus teléfonos mientras la gente espera en la fila. Me pregunto cuál es el salario mínimo para un técnico en robótica”.
