La Oficina de Estadísticas Laborales de Estados Unidos reportó que el Índice de Precios al Consumidor aumentó 0.5% en diciembre 2021 sobre una base desestacionalizada después de subir un 0.8% en noviembre 2021.
En los últimos 12 meses, el índice de todos los artículos aumentó un 7.0% antes del ajuste estacional, lo que representa el mayor aumento de 12 meses desde el período que finalizó en junio de 1982.
Esa cifra está muy lejos del objetivo del 2% de la Fed considerado saludable para la economía.
Los aumentos en los índices de vivienda y de autos y camiones usados fueron los mayores contribuyentes en el aumento a la inflación. Los alimentos también contribuyeron, aunque menos que en los últimos meses, incrementándose un 0.5% en diciembre.
La cartera de los estadounidenses ha resentido en 2021 una inflación que ha afectado el poder adquisitivo de sus ciudadanos, minando el poder de su dinero que cada vez alcanza para comprar menos productos.
Si sentiste que pagaste más por alimentos, gasolina, autos nuevos y energía no estabas equivocado, pues fueron de los productos que más aumentaron en el año.
Los economistas aseguran que la inflación es el peor impuesto que se puede pagar, y cómo no coincidir con esa aseveración si con el mismo dinero que se percibe se compran cada vez menos artículos para el hogar y la familia.
El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, estimó el martes que la alta inflación podría durar hasta mediados de año y señaló que la institución está lista para tomar medidas si perdura.
Powell atribuyó la mayor parte del aumento de la inflación a un “desajuste” entre la oferta y la demanda causado por las disrupciones en la cadena de suministro. Y enfatizó que recuperar la estabilidad de precios es prioritario para la Fed.
