Uruguay: pueblo sin luz ni agua es muy cotizado por sus casas

Uruguay- agua

Cabo Polonio, un idílico pueblo en las cercanías de Punta del Este, Uruguay, se destaca por su aislamiento y su belleza natural intacta. Sin embargo, su falta de servicios básicos como electricidad y agua corriente no ha impedido que este rústico rincón se convierta en un refugio para aquellos que buscan desconectarse del bullicio urbano y conectar con la naturaleza en su forma más pura.

Históricamente conocido por ser un lugar de aislamiento, el cabo fue bautizado en honor al capitán Joseph Polloni, quien encalló allí en 1753. Actualmente, atrae la atención de famosos y aquellos que buscan una escapada del ritmo acelerado de la ciudad. Personalidades como Eugenia Tobal, Inés Estévez y Jorge Drexler han optado por este destino para desconectarse del mundo digital y sumergirse en la tranquilidad de su entorno.


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Cabo Polonio, un pueblo de pescadores que prosperó en las décadas de los 60 y 80 debido al negocio de la exportación de piel de lobos marinos, ha mantenido su autenticidad a lo largo de los años. Con menos de 100 habitantes según el último censo, se ha convertido en un enclave agreste y virgen que atrae a quienes buscan una pausa del ajetreo de la vida moderna.

A pesar de su naturaleza remota, Cabo Polonio está experimentando un despertar inmobiliario. Las casas, dispersas entre los médanos, se están vendiendo a precios significativos, con propiedades alcanzando más de medio millón de dólares. Este crecimiento inmobiliario se atribuye a la exclusividad de la zona, la demanda creciente y la oferta limitada.

Además, la designación de Polonio como Parque Nacional en 2009 ha reforzado la decisión de preservar su identidad y naturaleza únicas. A pesar de los altos precios por metro cuadrado, los compradores se sienten atraídos por la oportunidad de ser parte de este lugar especial. La comunidad local también ha adoptado un enfoque colectivo, promoviendo la preservación en lugar de la urbanización.

Las propiedades en Cabo Polonio no solo representan una inversión inmobiliaria, sino también una conexión con la tierra y el estilo de vida que ofrece este rústico paraíso. Las limitaciones de urbanización, la convivencia en una comunidad compartida y la belleza inigualable hacen de este pueblo un destino que captura el corazón de aquellos que buscan una desconexión total y una experiencia auténtica en medio de la naturaleza virgen.

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