La ambiciosa iniciativa gubernamental liderada por Alberto Fernández en Argentina, la construcción del Canal de la Magdalena, ha enfrentado un revés inesperado al quedar sin efecto debido a la falta de postores en la reciente licitación llevada a cabo por el Ministerio de Transportes. A pesar de ser considerada una obra de relevancia geopolítica, económica y soberana, la falta de interés por parte de los participantes ha dejado en pausa este proyecto que buscaba otorgar mayor soberanía portuaria al país y reducir la dependencia del canal uruguayo Punta Indio para el transporte fluvial.
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La noticia de la convocatoria desierta ha sido bien recibida en Uruguay, ya que este país podría beneficiarse al recibir barcos de mayor envergadura que hubieran transitado por el Canal de la Magdalena. El anuncio inicial de la licitación se realizó en abril de este año con la presencia del presidente Fernández y otras autoridades clave, resaltando la importancia de la obra para aumentar la velocidad de navegación, permitir el paso de embarcaciones más grandes y reducir costos de manera sustancial.
El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, uno de los principales defensores de la construcción del canal, enfatizó la necesidad de la obra para mantener la soberanía portuaria y la eficiencia logística del país. Destacó cómo la ausencia de una conexión directa entre dos puertos argentinos requería trámites y autorizaciones a través de jurisdicciones extranjeras, lo cual afecta el comercio y la logística de manera considerable. La cancelación de esta licitación plantea interrogantes sobre el futuro del proyecto y las implicaciones para el comercio y la infraestructura portuaria en Argentina.
Con información de Titulares.ar
