Transformación digital: La transformación digital como impulso a la economía del 2021

Hombre sentado frente a una computadora con panel digital

El 2020 ha sido un año en donde todo el mundo se ha visto en la necesidad de adaptarse un mundo virtual que muchos veíamos ajeno o distante. Un universo al que solo entraban los centennials, millennials, nerds y geeks. Covid-19 llegó para acelerar la adaptación e incluso en algunos casos la implementación de esta transformación digital ¿pero nosotros como país estamos preparados?

Justo este 30 de noviembre en Así las cosas por W Radio, se llevó a cabo una mesa con Gabriela Warkentin, Javier Risco, César Funes, Vicepresidente de Relaciones Institucionales de Huawei para Latinoamérica y el reconocido analista Ernesto Piedras, CEO de The Competitive Intelligence Unit para abordar las reflexiones sobre esta transformación digital necesaria para el impulso a la economía de cara al 2021.


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En esta charla radiofónica se desprendieron varías aristas, la primera fue la evolución de la comunicación derivada de la pandemia en donde algunas personas, empresas e incluso el propio gobierno se cuestionaban si era realmente necesaria esta aceleración del negocio de la conectividad.

La propia situación nos llevó a tener un baño de realidad que no obstante forzar la adopción, puso en tela de juicio la infraestructura local, dejando ver las carencias que tenemos en varios sentidos como la educación a distancia, el teletrabajo o incluso el entretenimiento. Pocos son los que tienen el privilegio, ya que una buena parte de la población no tiene acceso a este tipo de servicios y de ahí desprendemos otra reflexión, la democratización de los mismos como base de la economía del presente.

Industria 4.0

La cuarta revolución industrial viene de la mano del sonado 5G pero en países como el nuestro y en Latinoamérica en general, no hemos podido incluso dar un paso sólido en estructuras como la red de fibra óptica y el propio 4G. El tener bien cimentado esto ayudará en poder adaptarse a tecnologías ya existentes que sentarán las bases del trabajo colaborativo basado en la nube, la inteligencia artificial y automatizaciones que pueden generar mayor crecimiento industrial, mejorando la productividad y los procesos en general, todo esto se traducirá indudablemente en menores costos y mejores servicios.

¿Qué nos falta por recorrer?

De acuerdo con el INEGI el 46% de los hogares en México carecen de internet fijo, esto se traduce en un rezago de al menos la mitad de la población en esta transformación a la que se están sumando todos los países del mundo. Si este dato no es suficiente para plantear una agenda digital nacional en donde todos podamos poner un grano de arena para reducir este número, indudablemente en el corto plazo tendremos a buena parte de la población fuera de esta nueva economía y por ende viviremos en dos realidades, un país análogo y otro digital.

Los retos

Necesitamos una política integral que abarque a todos los sectores, desde la infraestructura hasta la adopción del internet de las cosas, la inteligencia artificial aplicada, la Big Data y el cómputo en la nube. Todo esto no puede llegar por sí solo, deben de existir incentivos gubernamentales para ampliar la oferta con un gobierno que sea un mero regulador, pues ya conocemos la historia de cuando se hace participe de sectores clave, tal es el caso de correos de México o SATMEX.

¿Cómo empezar?

Insistir en la banda ancha de manera fija y mejorar las velocidades deben de ser el primer paso, pues recordemos que los hogares ya no solo usan la red para fines lúdicos, sino que más bien en horarios pico tenemos a cabezas de familia trabajando y a los más pequeños atendiendo sus clases, esto requiere de una buena velocidad, tanto de bajada como de subida y no todos los servicios básicos están homologados, estando supeditados a los cuellos de botella que tienen derivado de esta falta de infraestructura.

El papel del gobierno

Si el usuario lo requiere y las empresas también, solo es cuestión de sumar voluntades y dejar de lado los bandos e intereses particulares para poder comenzar una transformación digital.

Los anteriores gobiernos entraron de una forma tibia en esta transformación, quizás porque no tenían un entorno como el que estamos viviendo actualmente. Ahora es cuando la 4T debe decidir abanderar esta revolución, pues de la mano de esta, vendrá uno de los principales argumentos de su campaña, el bienestar social. Si tener una buena conectividad para aprender, atender un negocio, conectar a las familias, incrementar la seguridad, prevenir contagios, conseguir empleos y diversificar el entretenimiento no son un buen capital político, entonces solo habrá que sentarnos a ver como los demás países avanzan.

Este es el momento justo en donde México tiene la oportunidad de ponerse uno a uno en materia de competitividad, pues a diferencia de otras industrias, la transformación digital incentiva aún más la competencia y sobre todo el espíritu autodidacta, donde cada quién podrá forjar su propio destino para hacer frente a esta nueva transformación que no olvidemos, es global.

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