Las nuevas tecnologías han cambiado nuestro modelo de vida y han dado pie a nuevos hábitos. Su incidencia en la sociedad ha sido tal que han alterado, incluso, las tradicionales formas de comunicación entre las personas.
La imagen ha cambiado nuestra forma de interactuar con el mundo y se ha convertido en una nueva forma predominante de comunicación. Diariamente, recibimos estímulos visuales constantes que hemos aprendido a interpretar de forma natural. De este modo, los elementos visuales se han convertido en nuevos referentes sociales y han ganado un gran peso a raíz de la transformación digital.
Su importancia no solo se limita a los espacios sociales, sino que ya forma parte de cualquier sector económico. En este sentido, la industria 4.0 demanda cada vez más simulación gráfica de procesos de producción y logística; los médicos recrean una operación en una pantalla antes de que se produzca; los arquitectos pueden ver cómo será un edificio antes de que sea construido; y el sector de la automoción puede ver el comportamiento que tendrán sus vehículos en carretera antes de fabricarlos. Así pues, la simulación digital permite ahorrar mucho tiempo y materiales, mejorando la eficiencia y productividad de nuestras empresas.
Un sector muy demandado
La generación de este tipo de gráficos son cada vez más demandados en la actualidad. Sin embargo, no son sistemas fáciles de implementar y requieren una mano de obra muy cualificada, además de programadores y analistas de datos muy bien preparados, que conozcan perfectamente los motores gráficos (rutinas o librerías de funciones que facilitan la tarea de representar en 3D modelos gráficos sintéticos)
Los modelos generados son en algunos casos hiperrealistas, como ocurre en los efectos especiales (FX) de las grandes superproducciones audiovisuales del cine comercial, o bien son modelos que responden al comportamiento de funciones matemáticas para resolver o simular ciertos problemas de la física. La aplicación es muy amplia y, hoy en día, afecta prácticamente a todos los ámbitos de nuestra vida diaria o profesional.
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