El agilismo promete colaboración, entrega iterativa e incremental, adaptación al cambio y comunicación en la organización que lo aplica
Cada vez más en el último tiempo, y especialmente a causa de la pandemia, la tendencia de la transformación digital encarada por las empresas fue creciendo y se instaló como tal, siendo un proceso hoy en marcha en mayor o menor medida por gran parte de las compañías. Pero, ¿a qué nos referimos cuando hablamos de transformación digital?
Usualmente lo primero que pensamos está relacionado con la tecnología y sin embargo, la transformación digital es mucho más. Vivimos hoy en un mundo en continuo cambio y disrupción.
¿Dónde lo vemos? Básicamente se pueden citar tres aspectos que nos muestran el cambio:
- En lo que se consume.
- En cómo se lo consume.
- En cómo se lo comunica.
Esto significa para las organizaciones que se abrieran muchísimas oportunidades que se hacen viables gracias a la tecnología.
Siglas de la transformación
Transformarnos: sabemos que hoy ya no es una opción. Transformarnos es la habilidad de cubrir las necesidades de los clientes como así también descubrir las que aún no fueron satisfechas o identificadas.
Hoy ya estamos dejando de hablar de un mundo VUCA: volátil, incierto, complejo y ambiguo; para comenzar a hablar de un mundo BANI; frágil, ansioso, no lineal e incomprensible.
¿Por qué? Porque tras la crisis sanitaria de la Covid-19 en el 2020, pasamos de un mundo complejo y ambiguo a un mundo caótico y desestabilizante, que requiere cada vez más desarrollar las soft skills, las habilidades blandas tales como resiliencia, empatía, visión sistemática y adaptativa, transparencia y trabajo colaborativo.
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