La agencia gubernamental de estadísticas brasileña informó que las ventas mensuales aumentaron en tres de las ocho categorías encuestadas, encabezadas por «otros productos de uso personal y doméstico» con un aumento del 9,4% y «farmacéuticos, médicos, ortopédicos y productos de perfumería» con una suba del 3,8%.
En el período de 12 meses finalizado en enero, las ventas minoristas en Brasil aumentaron un 1,3%.
Las ventas minoristas en Brasil registraron su mayor crecimiento desde 2019 en enero, superando las expectativas del mercado pese a los desafíos para un sector que aún no se ha recuperado por completo de la pandemia en medio de una alta inflación y costos de endeudamiento.
El crecimiento mensual desestacionalizado del 0,8% en enero frente a diciembre fue superior a la mediana de las previsiones de un crecimiento del 0,3% en una encuesta de economistas de Reuters.
La agencia gubernamental de estadísticas IBGE dijo que las ventas mensuales aumentaron en solo tres de las ocho categorías encuestadas en enero, encabezadas por «otros productos de uso personal y doméstico» con un aumento del 9,4% y «farmacéuticos, médicos, ortopédicos y productos de perfumería» con un aumento del 3,8%.
En términos interanuales, la caída del 1,9% registrada en enero fue menor que la del 2,65% pronosticada en la encuesta de Reuters.
En el período de 12 meses finalizado en enero, las ventas minoristas aumentaron un 1,3%, todavía un 1% por debajo del nivel previo a la pandemia de febrero de 2020.
En una base más amplia, incluidos automóviles y materiales de construcción, las ventas minoristas en enero cayeron un 0,3% frente a diciembre, dijo IBGE.
Brasil ha estado lidiando con una inflación de dos dígitos y se espera que aumente la presión a raíz del aumento de los precios de las materias primas y los alimentos como resultado de la invasión rusa de Ucrania.
Los analistas han estimado que las tasas de interés podrían permanecer altas por más tiempo dado el agresivo ciclo de ajuste monetario del banco central para combatir la inflación, lo que afectará aún más el consumo y las inversiones de la economía más grande de América Latina.
