Supply chain: La falta de transportistas tensa la cadena de suministro en España

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El mundo pandémico está dejando estampas nunca conocidas por varias generaciones occidentales. Dícese de un Mcdonalds sin refrescos, por ejemplo, como sucedió la semana pasada en Reino Unido, con más de 1.300 establecimientos afectados. «Como la mayoría de los minoristas, actualmente estamos experimentando algunos problemas en la cadena de suministro, lo que afecta a la disponibilidad de una pequeña cantidad de productos», explicaba en un comunicado la compañía de comida rápida. Es la realidad que ha dejado en ese país la mano de obra expulsada tras el Brexit, pero que también acecha al resto de grandes economías europeas. Porque el acuciante déficit de camioneros y transportistas, que ha acabado por estallar con una crisis en la cadena de suministro,

amenaza por hacerse transversal a toda Europa, incluida España, donde el sector del transporte por carretera lleva más de una década poniendo sobre aviso el problema.


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Pero ha sido en 2021, con la pandemia como detonante, cuando verdaderamente se ha convertido en un dilema para la distribución y el consumidor, además en pleno auge del ‘ecommerce’. La voz de alarma la lanzó el pasado mes de junio la Asociación del Transporte Internacional por Carretera (Astic), durante su asamblea general. «Si la falta de conductores profesionales en nuestro país continúa acentuándose, en la próxima década perderemos más de un tercio de nuestras plantillas. Hay que poner remedio a este problema, así como a la excesiva burocracia y a la presión normativa que asfixia al sector», aseguró entonces su presidente, Marcos Basante.

Lo revela también la Organización Internacional del Transporte por Carretera (IRU), patronal a nivel europeo del transporte, que cifró en un 25% la pérdida de conductores profesionales en 2020 para toda Europa, además de señalar a España como uno de los territorios en los que la brecha de profesionales aumentará en mayor grado este año, concretamente un 150%.

Un 20% de plazas sin cubrir

«Con la demanda actual, entre los profesionales que se jubilan y se van del sector, y los que estamos incorporando, nos van a faltar unos 15.000 transportistas en España este lustro. Actualmente, alrededor del 20% de las plazas que se ofrecen de conductor profesional no se cubren y en 2030 perderemos un tercio de nuestros conductores», radiografía a ABC el director general de Astic, Ramón Valdivia.

«Escasean conductores de tráileres, ‘megatrucks’, mercancías peligrosas, camiones de obra y también para furgonetas de reparto», lamenta el presidente de la Organización Empresarial de Logística y Transporte (UNO), Francisco Aranda, que urge a fomentar medidas desde el sector público «antes de que sea tarde y se tense al máximo la cadena logística y puedan producirse retrasos».

Como en tantos otros sectores, el transporte también se pregunta cómo es posible no encontrar mano de obra cuando en España existe actualmente más de un 38% de paro juvenil (desempleo entre menores de 25 años) y el 15% de la población activa se encuentra sin trabajo.

Aproximadamente una de cada cinco ofertas de trabajo en el transporte no se cubrirán ese año, según datos del sectorEl gremio del transporte calcula que, para 2030, España habrá perdido a un tercio del total de sus conductores

El sector lleva años pidiendo a la Administración apoyo para atraer profesionales a la carretera. Para ello han demandado eliminar la barrera económica -la formación para vehículos pesados puede llegar a costar hasta 6.000 euros– e impulsar a través de la formación profesional dual la llegada de empleo joven al sector. «Necesitamos el apoyo de la sociedad en general. Este país es una potencia exportadora y el 66% de esas mercancías va en camión. Ponerle trabas al transporte por carretera es perjudicar a la competitividad de España», relata Valdivia.

Desde UNO explican que remitieron un escrito al Ministerio de Transportes instándole a poner en marcha un plan de fomento para la actividad del transportista en el que además de la formación, también piden medidas para dignificar la profesión «como la mejora de las zonas de descanso», explica Aranda.

Sin relevo generacional

En Molinero logística, empresa de transporte soriana con una flota de 800 camiones, no tienen ningún menor de 25 años en plantilla. En Europa, tan solo el 5% de los conductores están por debajo de esa edad. «El rango de edad media en nuestra plantilla es alarmante. Llega a los 50 años. En cinco años esto será un hecatombe. Hemos vivido de los profesionales de Europa del Este, pero esa fuente se ha agotado y la pandemia ha limitado la llegada de sudamericanos», relata el consejero delegado Javier Jiménez Omeñaca.

También lo observan con inquietud desde el Grupo Carreras, uno de los más importantes a nivel nacional con más de 200 millones de facturación al año. «La edad media de los que conseguimos es cada vez mayor y no hay relevo generacional», cuenta su director de operaciones, Carlos Escalada, que abunda en que el problema se agrava a la hora de buscar empleados para el transporte discrecional.

El problema reside en la pérdida de atractivo de cara a captar nuevos profesionales, sobre todo españoles

Jiménez Omeñaca explica que 2021 está siendo la puntilla, con muchos conductores de Europa del Este, mayoría en su plantilla, que se han marchado por propia voluntad a sus países durante todo el verano, después de un año de pandemia donde han estado imposibilitados para volver a sus lugares de origen. En total, acumulan ya más de cien camiones parados en todo el grupo. «Hemos dejado encargos sin atender. Este es el peor ejercicio de nuestra historia en servicio a nuestros clientes», apostilla el empresario, que asegura que en numerosas ocasiones los retrasos de entrega superan las 24 horas.

Pérdida de atractivo

Para el sector, el problema reside en la pérdida de atractivo de cara a la captación de nuevos profesionales. Sobre todo de españoles, que según cálculos sectoriales apenas representan el 20% de los trabajadores en todo el país.

Los profesionales del sector ponen también el foco en hacerle recuperar poder adquisitivo a los conductores. «Hoy en día a un conductor le descuentas las dietas y el salario es el mismo que el del cualquier carretillero», apunta Jiménez. En relación a los salarios, explica el empresario que la necesidad de conductores sí que ha beneficiado a los trabajadores.

«Con la coyuntura, los conductores tienen muchas ofertas en el mercado y hemos tenido que subirles el salario para retenerlos. Llega un momento en el que va siendo insostenible, en el sector los márgenes de beneficio son bajos». Todo esto se traduce en aumentos de costes para las empresas, que ya se trasladan a los clientes y, consecuentemente, al consumidor. Además, con el agravante de la subida del gasoil.

En el Grupo Carreras también se han puesto manos a la obra y están tomando las mismas medidas y señalan también el aumento de precios en la subcontratación por la pérdida de empresas en el sector por la pandemia. Además, Escalada explica que a eso se ha añadido la falta de nuevos camiones en el mercado por el desabastecimiento de chips, que tiene en jaque a las líneas de producción a nivel mundial. En Carreras esperan 50 camiones a final de año, «aunque tendremos problemas para encontrar conductores que los pongan en marcha», se resignan desde la compañía.

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