Supply chain: Delivery Hero hace valer su 36% en Glovo

Aterriza en el máximo órgano de decisión el CEO de la compañía alemana cotizada en plena pugna por ampliar su posición en la startup española.

El antecedente de este movimiento es la ronda de financiación que se cerró a finales del mes de marzo y que supuso una inyección de 450 millones de euros. La mitad de esos fondos, 229 millones, fueron aportados por Delivery Hero, lo que colocó su posición totalmente diluida -contando también los títulos no emitidos para el bonus de cúpula y plantilla en forma de stock options- del 36%. Esto no era lo mismo que comunicó la propia Glovo, que insistió en que los líderes de la ronda eran dos ‘hedge funds’ accionistas directos o indirectos de la propia Delivery Hero.


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Quién entra… y quién sale

Östberg no es el único que llega a la compañía. También lo hace Ian Osborne, cofundador y consejero delegado del holding de inversión Hedosophia. La presencia de este inversor es llamativa en el máximo órgano de decisión, pues ha mantenido un perfil muy bajo. Irrumpió como accionista en la ronda de financiación de 150 millones de euros a finales del año 2019, que fue liderada por Mubadala Capital -accionista significativo de Cepsa-. Se desconoce el porcentaje que mantiene, después de la ronda, porque no hay aún cuentas de 2020 de Glovo, pero ese 2019 estuvo claramente por debajo del 10%.

Estos movimientos también han implicado salidas que, en algún caso concreto, ya estaban cantadas. En este grupo se encuentra Amrest, dueño de La Tagliatella, que ya vendió sus títulos (algo másd el 7% del total) en una anterior operación. Hay otros que han reducido de manera significativa su posición y, por tanto, su influencia, como es el caso de Rakuten, que apoyó a la empresa en sus primeras fases. También sale Cathay Innovation, el fondo franco-chino, y el socio de Mubadala, Frederic Lardieg.

La batalla por el poder

La batalla entre Delivery Hero y Glovo por el control de la compañía se mantiene desde hace más de un año. Ese ‘tira y afloja’ ha llevado al ‘núcleo duro’ de la startup española a establecer un pacto entre los primeros accionistas, ‘business angels’ y el equipo directivo para evitar más ventas de acciones en el mercado secundario que hagan ganar más posiciones de los alemanes. La pelea se ha llevado incluso al terreno público. Östberg admitió hace justo un año que estaba abierto a adquirir compañías de entrega de comida a domicilio, incluida Glovo. El CEO de ésta, Óscar Pierre, aseguraba a Reuters en enero pasado: «Este es un asunto que hemos discutido muy abiertamente con Niklas. Por ahora, el equipo y yo mismo estamos todavía muy entusiasmados con mantener la empresa independiente».

Como telón de fondo, en esta relación de amor-odio, ambos se ‘han repartido’ el mundo, con la compra por parte de Delivery Hero de todo el negocio latinoamericano de Glovo y la respuesta de esta última haciéndose con todas las filiales de los Balcanes en la primera parte de este año. Estos movimientos corresponden a una consolidación clara del mercado en la que ambas seguirán participando.

En ese proceso, la salida de Deliveroo del mercado español, con la que se había especulado desde la salida a bolsa, reduce la competencia -aunque la británica se había convertido en un jugador con una posición muy minoritaria- y lo deja en una cuestión de tres: Glovo, Uber y Just Eat. Estos rivales no son los únicos. Para la startup dirigida por Pierre también se encuentran los nuevos competidores de entregas ultrarrápidas de productos de supermercados y frescos, que también viven una consolidación obligada después de un primer ‘boom’ inversor.

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