El impacto de la pandemia de COVID-19 en la industria de alimentos y bebidas fue significativo y destacó algunas áreas de la cadena de suministro que deben abordarse.
La cadena de suministro internacional y local se ha enfrentado a desafíos sin precedentes en los últimos dos años, ya que la pandemia de COVID-19 paralizó a tantas industrias.
En los últimos meses, los problemas de la cadena de suministro que se enfrentaron en Australia dejaron vacíos o cerca de los estantes de los supermercados y las empresas de logística tuvieron que navegar por las fronteras estatales y los cambios en las restricciones locales de COVID-19.
Alimentos y abarrotes siguen siendo el sector manufacturero más grande de la nación y una de las seis áreas de prioridad nacional, con un valor de casi $ 133 mil millones y empleando a más de 270,000 personas.
A fines de 2021, las voces de la industria se escuchaban alto y claro y el gobierno federal hizo cambios a sus restricciones de COVID-19 en torno a los trabajadores de la industria de alimentos y bebidas, trabajadores esenciales, después de que los mandatos dejaran que muchos pisos de fábrica pudieran operar, si en absoluto.
El final de 2021 y principios de 2022 fue un gran microcosmos de lo que la industria de alimentos y bebidas ha enfrentado durante los dos años completos y consecutivos de pandemia.
Ahora, justo cuando las cosas parecen estar en un camino más claro hacia la recuperación, la industria puede hacerse preguntas importantes y evaluar las lecciones aprendidas importantes, en caso de que se enfrente a una situación similar en el futuro.
La directora ejecutiva de AFGC, Tanya Barden, dijo que la interrupción relacionada con COVID para los fabricantes de alimentos y comestibles ha sido amplia y sin precedentes, lo que ha afectado el envío, el flete nacional y otras carencias.
“Los retrasos en los envíos globales han afectado, y continúan afectando, la disponibilidad de insumos importados, como ingredientes y empaques, así como productos terminados, mientras que las exportaciones de bienes también se han desacelerado”, dijo.
“Hay una escasez constante de carga nacional, como el transporte por carretera, hubo escasez del aditivo diésel Ad Blue, que afortunadamente ya se resolvió, y hay una escasez constante de paletas de madera que se utilizan para almacenar y mover productos a través de la cadena de suministro.»
Barden dijo que la industria estaba trabajando incansablemente para rectificar estos impactos negativos y que tenía que tomar decisiones difíciles al hacerlo.
“La industria también ha trabajado en colaboración con los minoristas de supermercados para minimizar las interrupciones para los consumidores”, agregó.
“Sin embargo, las interrupciones de la cadena de suministro y las medidas de mitigación han resultado en costos adicionales significativos para el suministro de alimentos y productos comestibles, lo que probablemente conducirá a cierta inflación de precios”.
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