La guerra de Ucrania está provocando un impacto económico global significativo

Según publica el portal Revista Inforetail la guerra de Ucrania está provocando un impacto económico global significativo. Y es que, aunque ambos países representan conjuntamente menos del 2% del PIB mundial, se trata de actores clave en el buen funcionamiento del comercio global.

El efecto directo más significativo se deriva del papel de Rusia como proveedor de petróleo y gas, especialmente en Europa. Este suministro ha caído un 80% desde el comienzo de la guerra.


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Además, la subida de los precios de la energía también aumenta los costes de producción de los alimentos, agravando la escasez de oferta. En conjunto, Rusia y Ucrania representaban antes de la guerra alrededor del 30% de las exportaciones mundiales de trigo, el 20% de las de maíz y cebada y el 13% de las de fertilizantes.

La guerra de Ucrania está provocando un impacto económico global significativo

Se espera que la escasez de fertilizantes sea una limitación importante para el suministro mundial de alimentos en 2023 y es probable que las cosechas se vean más afectadas en Europa y África, según el último informe de Crédito y Caución.

Otro impacto de la guerra es el aumento de los cuellos de botella en la cadena de suministro global. «Partes del Mar Negro y del Mar de Arsov no son transitables y las compañías marítimas han cerrado rutas para evitar el espacio aéreo y los puertos rusos. Este desvío de las rutas de carga aumenta los costes», afirma el economista principal de Atradius, Theo Smid.

Además, los expertos alertan de que, si la guerra se prolonga, la economía mundial seguirá viéndose sacudida por sus consecuencias directas e indirectas. Europa será la más afectada: las previsiones actuales sugieren que el crecimiento del PIB de la zona euro aumentará un modesto 0,4% en 2023, frente al 2,7% previsto antes de la guerra.

Al mismo tiempo, la inflación en la región duplicó su tasa en 2022 frente a las previsiones previas. Aunque este año la inflación se suavizará, se prevé que los precios sigan subiendo casi un 5%. Debido a su proximidad a la zona de guerra y a su anterior dependencia del gas ruso, el impacto en Europa seguirá siendo especialmente significativo, pero ningún país es inmune a las repercusiones económicas del conflicto.

«La guerra ha provocado fuertes subidas de los precios de la energía y los alimentos, que han mermado los ingresos personales, reducido la demanda y aumentado los costes de producción tanto en las economías avanzadas como en las emergentes», concluye la economista de Atradius, Dana Bodnar.

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