Según publica el portal Logística 360 la viralización, en los últimos días, del innovador sistema de ‘cajas lentas’ instaurado por la cadena holandesa Jumbo ha puesto de manifiesto el extraordinario éxito de esta alternativa a la automatización que ofrece la enseña de Tilburg a los clientes que deseen alargar su estancia en la tienda para charlar con el personal o con otros compradores y recuperar, de este modo, el componente social de un acto tan cotidiano como el de hacer la compra.
El procedimiento no es nuevo: bajo el nombre de ‘kletskassas’ (algo así como ‘cajas parlanchinas’ en castellano), el operador daba en 2019 el pistoletazo de salida a una iniciativa que planta cara a los novedosos sistemas de pago rápido o cashless por los que optan algunos minoristas para ahorrar a los clientes los tiempos de espera en la tienda.
Lo que sí resulta novedoso es su espectacular acogida como terapia para aliviar el sentimiento de abandono que afecta a cada vez más ciudadanos de un país donde la mitad de los mayores de 75 años -más de 1,3 millones de la población total- declaran sentirse solos y aburridos.
El sistema de cajas lentas tiene éxito
“Las máquinas, las prisas… han desencadenado una necesidad de calor humano a la que esperamos poder aportar nuestro granito de arena”, apunta la consejera delegada de Jumbo y propulsora de las cajas para charlar, Colette Cloosterman-van Gerd.
La labor del personal de las ‘kletskassas’ se reduce a dar conversación, o simplemente escuchar, a quienes optan por ellas: “Ayudarles a embolsar su compra, darles conversación o empatizar con sus problemas son pequeños gestos que no cuestan nada, pero que demuestran a estos clientes que ellos también son importantes”, concluye la directiva, que aboga por recuperar la “conexión humana” en las tiendas.
Y vaya si lo han hecho. Las cifras de esta idea en las antípodas de las tendencias hablan por sí solas: en poco tiempo, las ‘kletskassas’ se han implantado en más de 200 puntos de venta de Jumbo en Holanda, donde es la segunda mayor compañía de distribución alimentaria, por detrás de Albert Heijn. Y fuentes de la cadena aseguran que seguirán creciendo.
Además, desde las redes sociales llegan diariamente cientos de peticiones que instan a sus artífices a extender la iniciativa en otros países donde la enseña también está presente, como Bélgica, Chile, Colombia o Argentina.
Por lo pronto, Jumbo, que está adscrita al programa estatal ‘Eén Tegen Eenzaamheid’ (‘Uno contra la soledad’) -que aglutina a empresas y particulares deseosos de ayudar a los mayores con iniciativas entre las que se incluye el proyecto de ‘cajas parlanchinas’-, ya ha complementado la presencia de estas con áreas de conversación dentro de algunos de sus supermercados donde los clientes pueden hacer un alto en sus compras para socializar entre ellos mientras disfrutan de un café por cortesía de la casa.
