El impacto climático de la mayoría de las empresas radica en sus cadenas de suministro. Abordar las emisiones de carbono upstream de alcance 3 plantea problemas de cálculo e influencia.
Para la mayoría de las empresas que establecen objetivos de cero emisiones netas, el director de adquisiciones puede ser la persona más importante en la sala. En promedio, las emisiones en la cadena de suministro, atribuidas a los bienes y servicios que compran las empresas, son 11,4 veces mayores que las emisiones operativas, según datos de CDP, la organización sin fines de lucro con sede en Londres que recopila datos ambientales en nombre de cientos de inversores.
Los inversores y otras partes interesadas esperan que las empresas incluyan estas emisiones en sus objetivos de cero emisiones netas y desempeñen un papel activo en su reducción. “Las empresas que desean alinearse con 1,5 °C no solo pueden lidiar con una pequeña proporción de su perfil de emisiones”, dice Sonya Bhonsle, directora global de cadenas de valor de CDP.
Sin embargo, el progreso para gestionar las emisiones en la cadena de suministro está resultando lento. Hoy, CDP publica el último informe de su programa de cadena de suministro. Eso involucra a unas 200 empresas importantes, con un gasto anual combinado en adquisiciones de 5,5 billones de dólares, que solicitan información de casi 27 000 proveedores sobre riesgos y oportunidades relacionados con cuestiones medioambientales, incluidos el clima, los bosques y la seguridad del agua.
Respondieron alrededor de 11.400 proveedores. De estos, solo el 44 % tenía objetivos climáticos y solo 1 de cada 40 de estos son objetivos aprobados con base científica alineados con los esfuerzos para mantenerse por debajo de 1,5 °C de calentamiento global. Además, pocos proveedores están buscando ‘descargar’ este esfuerzo en sus propias cadenas de suministro: solo el 38 % de los encuestados se está involucrando con sus propios proveedores sobre el cambio climático.
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