Esta filosofía es la antítesis del Fast fashion o moda industrializada.
Así como en la gastronomía está el movimiento Slow food, que se vuelca por los productos naturales, locales y de temporada para afianzar la cultura del lugar, contribuir con la economía local y a la sustentabilidad, también encontramos en la moda el Slow fashion.
Debido a que la industria textil, en general es muy poco amigable con el medio ambiente, hay una contra cultura que aboga por “prendas de vestir de origen natural, reciclada, cómoda y respetuosa con la naturaleza y las personas”
El movimiento comenzó con un accidente, en 2013, en una fábrica textil en Blangladesh: murieron más de mil personas y quedaron en evidencias las precarias condiciones laborales de los trabajadores. Así, empezaron los movimientos a favor de una industria de la moda sustentable y que otorgue trabajo digno, siendo amigable con el medio ambiente y sus empleados. Aquí, dio sus primeros pasos el.
Se podría resumir esta tendencia con los siguientes puntos:
- Slow fashion brinda apoyo a empresas con poco personal y que fabrican en su país de origen.
- Impulsa el reciclaje y a adquirir ropa de segunda mano o a re-utilizarla. Por ejemplo: Joaquin Phoenix utilizó el mismo traje en todas las ceremonias de premiación del año pasado para crear conciencia en este aspecto. Incentivando a donar la ropa que ya no se usa para que retornen al ciclo de uso.
- Utilizar materiales de fabricación que sean sostenibles, compostables y no de origen animal.
- Para concluir, esta tendencia apoya la idea de no comprar ropa para luego descartar sino por el contrario, generar adquisiciones a conciencia para no tener que desechar frecuentemente.