Sostenibilidad: Producir prendas que duren más es la clave para Desigual

eco textil

Para conectar con un nuevo consumidor cada vez más exigente con la sostenibilidad, pero que no quiere gastar más, el fundador de Desigual, Thomas Meyer, confía en lograr innovaciones gracias a la tecnología que combinen el respeto por el planeta con la mayor eficiencia de sus procesos

Una cazadora fabricada a partir de retales de pantalones vaqueros usados. A principios de la década de 1980, Thomas Meyer cambió los patrones de la moda al crear esa original prenda reciclada con el stock que no conseguía vender en su tienda de segunda mano. Fue el germen de Desigual, la compañía que fundó en Barcelona (España) y que se convirtió en un gigante. Actualmente, tiene presencia en 107 países, cuenta con 428 tiendas propias y su plantilla está formada por más de 2.700 empleados.


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Consciente de los desafíos que acechan a su sector, Meyer asegura que «la creatividad y la innovación son un valor competitivo y lo serán aún más en el futuro». Por eso, la compañía ha presentado nuevas iniciativas para promover «un Desigual más abierto», seguir «dando valor al optimismo», seña de identidad de la firma, y adelantarse a un porvenir donde la sostenibilidad será clave.

Desigual acaba de lanzar una aceleradora para aliarse con start-ups y adoptar nuevas soluciones tecnológicas, Awesome Lab. ¿Por qué han decidido apostar por la innovación abierta?

Gestionarlo todo con tus equipos y tu visión ya se queda corto. Puedes saber dónde quieres ir, pero es imprescindible estar abierto a todas las creatividades e innovaciones que se están generando. La tecnología está tomando el liderazgo de las oportunidades para innovar, y trabajar con start-ups es una manera fantástica de atraer la innovación.

También queremos que Awesome Lab tenga un efecto halo en el espíritu de toda la organización. La innovación tiene que ser un mindset [mentalidad]: no puede ser algo puntual en la esquina de la compañía, tiene que estar prácticamente en todas las áreas. Queremos que las innovaciones no sean porque un día alguien tiene una idea, sino porque todos estamos buscando ideas.

Más allá de diferenciarse de otras marcas con sus productos, también quieren innovar en el ámbito laboral. Recientemente, han presentado a los trabajadores de las oficinas centrales una propuesta de jornada laboral de cuatro días, con opción de teletrabajar uno de ellos. ¿Qué beneficios puede traer este nuevo modelo?

El mundo está cambiando muy deprisa y el trabajo específico va a decaer. La inteligencia artificial y la robótica van a ir poco a poco sustituyendo muchísimas áreas y lo que necesitamos son personas creativas, que aporten valor y generen historias nuevas. Por eso, creo que es fundamental que las personas estén conectadas consigo mismas, estén tranquilas y sean felices, con un equilibrio entre su vida personal y profesional. Las empresas tienen que facilitar eso, no solo para tener más ventas, sino para construir un mundo mejor.

Creemos que esta propuesta [la jornada de cuatro días] nos va a llevar por ese camino. No es un plan que impone la compañía, sino que propone. Los empleados lo votarán este 7 de octubre. Obviamente, cuando haces algo disruptivo se abren incógnitas y retos, pero solamente hay una manera de aprender a nadar: tirándose a la piscina.

Además de esta propuesta concreta, ¿cómo promueven en Desigual la innovación y la digitalización de sus procesos?

Tenemos muchísimas iniciativas, desde nuestra nueva web hasta nuevas formas de relacionarnos con nuestro consumidor, la implementación del RFID [identificación por radiofrecuencia], las iniciativas de omnicanalidad, el diseño 3D… La tecnología también nos ha ayudado a generar un sistema blockchain para tener la trazabilidad de todos los productos, ya que la logística es clave: las prendas se producen en una parte del mundo, se envían a otra y acaban llegando a casa del consumidor.

¿Ha sido la pandemia de coronavirus (COVID-19) un acelerador de los cambios?  

La pandemia ha acelerado los proyectos que ya existían y ha permitido cosas que antes eran impensables, como teletrabajar de una manera generalizada. Pero, más allá de las cosas que vemos, bajo la punta del iceberg hay un cambio profundo de mentalidad, de cuidarnos más a nosotros mismos, de ser conscientes de que somos muy frágiles y de que cada día la vida cuenta. La pandemia nos ha mostrado nuestra vulnerabilidad. Ese creo que es un regalo que nos ha dejado, aunque lo digo con muchísimo respeto porque para mucha gente ha sido muy dolorosa.

¿A qué retos se enfrentará el sector de la moda en este nuevo escenario y qué innovaciones permitirán abordarlos?

La moda afronta dos retos. Uno es su propia relevancia. A la gente joven ya no le interesa llenar los armarios de prendas que al final no usan y que tienen un coste ecológico muy alto. No se trata de tener 150 prendas, sino las que necesitan. Esto es algo que como industria tenemos que ser capaces primero de entender y después de dar una respuesta, pero no es nada fácil, porque el modelo económico nos empuja a crecer.

Otro reto tiene que ver con la sostenibilidad: la industria de la moda es la segunda más contaminante del mundo y esto lo tenemos que abordar productores, diseñadores de moda y consumidores desde una visión 360° y con rapidez. Todos estamos trabajando intensamente para conseguirlo. No solo hay que producir prendas con menos huella de carbono, más naturales y sostenibles, sino que duren más. También tiene que haber un equilibrio: el consumidor quiere que el producto sea sostenible, pero no está dispuesto a pagar más, por lo que la industria tiene que aprender a hacer que todos los procesos sean más eficientes. Es un gran reto, pero saldrán ideas nuevas. Yo soy bastante optimista y creo que en todo esto la tecnología puede ayudar.

Precisamente la sostenibilidad está ligada a Desigual desde sus comienzos, ya que su primer producto daba una segunda vida a prendas ya usadas. ¿Qué papel ocupa la sostenibilidad en la compañía actualmente y qué papel jugará en el futuro?  

Yo empecé en el mundo de la segunda mano en la década de 1970 y ya hablábamos de que el modelo de usar y tirar no estaba bien. En los últimos años, [la sostenibilidad] es cada vez más importante y estamos totalmente comprometidos con este reto. Tenemos planes para rebajar nuestra huella de carbono, reducir el uso de plástico y que la materia prima que usemos en nuestros productos tenga una procedencia sostenible. Al igual que la innovación, [la sostenibilidad] es algo que tiene que estar en el mindset de todos los empleados de la compañía.

También ha comentado que la moda ha dejado de ser relevante para los jóvenes. ¿Qué otros cambios han observado en los consumidores pospandemia y cómo conectan con ellos?

Estamos viendo muchísimos cambios [en los consumidores], primero porque van mucho menos a los centros comerciales. Hay una cierta cautela y se han acostumbrado a que pueden pedir algo a cualquier hora del día desde una pantalla y en unas horas lo tienen en casa. También han cambiado los estilos: si pasan mucho tiempo en casa, les gusta más vestir de forma confortable.

Además, como decía antes, ahora somos más conscientes y nos preguntamos por qué estamos aquí y por qué hacemos las cosas: por qué viajamos, por qué comemos o por qué nos ponemos una prenda. [Los consumidores] necesitan estar conectados con el propósito de una compañía. Habrá empresas que pongan el foco específicamente en la sostenibilidad, otros lo pondrán en la calidad y el diseño, y otros, como nosotros, en la experiencia, en cómo te hace sentir lo que te pones. En Desigual, hemos tenido claro desde nuestros orígenes que queríamos hacer sentir a las personas especiales, diferentes, alegres, optimistas. Me hace feliz saber que, si Desigual no existiera, una persona que conecta con nosotros no encontraría esos productos.

Ha afirmado que Steve Jobs ha sido uno de sus referentes. ¿Por qué?

Sin duda, es uno de los líderes más relevantes del siglo XX. Me fascina cómo siempre rompía el statu quo: ha transformado muchas industrias diferentes, dándoles la vuelta como un calcetín, y ha lanzado herramientas que han mejorado la vida de miles de millones de personas.

¿Cuáles son, a su juicio, las cualidades de un buen líder?  

Depende mucho si es un proyecto político, económico o artístico, pero creo que todo líder debe tener un sueño y una visión de cómo llevar ese sueño a la realidad. A partir de ahí, debe tener capacidad de reunir un equipo, transmitirle ese sueño y permitir que ese equipo florezca.

¿Cómo imagina el Desigual del futuro?

Lo imagino más abierto para construirlo entre todos, sin estar yo tanto en el frente. Sobre todo, me lo imagino como un sitio chulo para trabajar, en el que todos tengan una razón para venir cada día. Esa sería mi ilusión.

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