Sostenibilidad: Nextil, la empresa española que logra teñir tejidos sin contaminar

Desarrolla un sistema basado en la hemoglobina

La industria textil emite el 8% de las emisiones de gases de efecto invernadero mundiales, y consume 215 trillones de litros de agua al año. Es decir, es responsable del 20% de la contaminación industrial de agua, debido a las actividades de tratamiento textil y de tintado, según datos de la ONU y la UE.


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Cada año se producen alrededor de 100.000 millones de prendas en todo el mundo, el doble que en el 2000. En un planeta cuyos recursos son finitos y la población no deja de crecer, el modelo de producción tiene unas implicaciones sociales y medioambientales que en la última década se han visto más expuestas que nunca. Una doble crisis, de recursos y de reputación, que ha colocado la sostenibilidad en el centro estratégico de las grandes firmas de moda. No solo es una cuestión ética, sino de supervivencia: «La moda será sostenible o no será», aseguran en el sector.

En pleno auge del debate de consumo responsable y sostenible, las grandes firmas de moda han empezado a incorporar el concepto de sostenibilidad no solo en sus catálogos, sino también a la hora de modificar su forma de trabajar en todos los ámbitos, para formar parte del cambio. La sostenibilidad ha pasado de ser un término vinculado a la responsabilidad social corporativa (RSC), con financiación de programas sociales, a convertirse en un valor central de marcas y grupos industriales.

En los últimos diez años, movimientos dentro de Naciones Unidas, como el Acuerdo de París para el Cambio Climático de 2016, o la Carta de la Industria de la Moda para la Acción Climática (2018), han favorecido esta tendencia. La industria se ha marcado como objetivo una reducción de emisiones de gases de efecto invernadero del 30% para 2030, y el compromiso de analizar y establecer una vía de descarbonización para el sector de cara a 2050.

Uno de los primeros focos de actuación del sector textil en materia de sostenibilidad se ha centrado en la elección de fibras y tejidos. Los fabricantes han dirigido gran parte de su inversión a la investigación de nuevos materiales más sostenibles que puedan sustituir a los actuales. Pero estas medidas «no son de gran utilidad si los tejidos se procesan y tratan con productos químicos, por ejemplo, en el proceso de tintura tradicional, ya que impiden que se puedan biodegradar», señala Manuel Martos, director general de Nextil Group. Y es aquí donde entra en juego Greendyes, una patente española que ha introducido un nuevo concepto de tintura textil, basado en un proceso no contaminante, sin prácticamente agua y con un consumo energético 75 veces menor que las técnicas de tintura clásicas. El sistema, perteneciente a Nextil Group, es una técnica de teñido sostenible y eficaz, que genera cero desperdicios de agua, reduce drásticamente el uso de energía al tratarse a temperatura ambiente, y utiliza únicamente productos orgánicos sin necesidad de recurrir a ningún componente tóxico. «Durante el tratamiento de tintura no se utilizan materias primas o pigmentos que no sean de origen natural», explican en la empresa.

Universidad de Girona

Greendyes, nacido en el parque científico y tecnológico de la Universidad de Girona, está basado en un proceso fotoquímico en el que los pigmentos se excitan a través de rayos uva e infrarrojos, favoreciendo así la adhesión al tejido. Para desarrollar la fórmula, sus creadores se inspiraron en el comportamiento de la hemoglobina y la clorofila, ambas moléculas esenciales para la vida, ya que ambas son capaces de transportar los nutrientes necesarios de un lugar a otro del organismo animal o vegetal.

El resultado es una técnica de tintado que reduce drásticamente el tiempo y por tanto la energía utilizada. El uso de productos y pigmentos naturales aportan, además, una solidez y homogeneidad del color superior a los estándares de otros tintes sostenibles. Además, este innovador sistema puede aplicarse tanto en fibras naturales, como el algodón, el lino, la lana o la seda; como sintéticas, como la viscosa, la poliamida o el lyocell, además de los biosintéticas, como el aloe vera o la soja.

Trazabilidad y reutilización

Pero el cambio de paradigma que implica la sostenibilidad va más allá de nuevos tejidos orgánicos o fibras recicladas. Exige pasar de una economía lineal -producir, consumir y destruir- a una circular, donde las prendas no se desechan, sino que se reutilizan como nueva materia prima.

El tintado de tejidos es uno de los procesos de la industria textil que más daña el medioambiente, junto con el transporte. Mientras el consumo habitual de agua durante la tintura de la prenda es de 120 litros/Kg, en el proceso Greendyes se ha optimizado a solo 8 litros/ Kg de prenda, una reducción drástica de consumo.

Además, como el tintado se realiza en agua a temperatura ambiente, no es necesario calentarla hasta los 200 grados requeridos con los tintados químicos, lo que supone un ahorro energético total del 75%. El agua usada se recicla al 100% mediante filtros de arena, y puede ser reutilizada bien para riego o como fertilizante, ya que contiene minerales y nutrientes sin productos químicos tóxicos. Una camiseta, por ejemplo, de algodón orgánico o cualquier tejido biodegradable teñida con Greendyes puede convertirse en fertilizante para el terreno. «La sostenibilidad es un principio irrenunciable para la industria textil» señala Martos. «El consumidor es cada vez más más exigente, demanda mayor transparencia en las empresas y prendas más sostenibles. Nuestro sistema Greendyes no es el futuro, es el presente», dice el director general de Nextil Group.

Uso de pigmentos como fertlizantes para las plantas

os creadores de Greendyes están participando ya en un proyecto de la Saxion University of Applied Sciences, en Holanda, para el estudio de los pigmentos de este proceso de tintura como fertilizante para las plantas. Con ello se lograría avanzar de forma definitiva en la economía circular. Pero, según recuerdan en Nextil, «para poder hablar de un proceso completamente sostenible, además del consumo de agua, energía y tiempo, hay que tener en cuenta la trazabilidad». Según dicen «todas las materias primas utilizadas con Greendyes han sido controladas desde su origen para trazar la cadena de valor y asegurar que cumplen con los estándares de gestión ambiental y trabajo justo». En los últimos años, importantes marcas y grupos de moda ya han empezado a utilizar Greendyes en sus prendas y Nextil Group ha cerrado diferentes contratos con firmas internacionales para la producción de las colecciones de 2022, tanto en tintura de tejido como de prenda, y ya existen fabricantes que han adoptado la técnica dentro de sus plantas productivas.

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