Sostenibilidad: La CAF le apuntará a proyectos sostenibles para movilizar más recursos

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El Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), creado el 7 de febrero de 1968, escogió en julio de este año a un colombiano para que ocupe, por primera vez, la presidencia del multilateral.

Con un amplio recorrido en el sector público y privado, el abogado de profesión, Sergio Díaz-Granados llegará oficialmente a la posición el próximo miércoles 1 de septiembre por un periodo de cinco años, tras ser director ejecutivo para Colombia en el Grupo BID.


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La CAF cuenta con una cartera superior a US$28.000 millones, tiene 19 países miembros de América Latina, el Caribe y Europa (España y Portugal) y 13 bancos privados. Además, ha sido un actor clave para el desarrollo de la región y para que esta encuentre recursos, dos tareas que toman aún mayor relevancia tras la crisis del 2020.

El año pasado la CAF apoyó a los países miembros a hacer más llevadera la coyuntura tras aprobar préstamos por un valor aproximado de US$6.000 millones destinados “a paliar los efectos sanitarios y socioeconómicos de la pandemia”, dice un informe del multilateral.

En el documento también se explica que junto a otras operaciones de desarrollo de largo plazo en varias áreas “nos llevaron (en 2020) a un total de aprobaciones de US$14.174 millones para el desarrollo de los países de América Latina, una cifra récord para la institución”.

Con estas cifras de contexto y con un periodo de recuperación económico por delante tras una de las crisis más profundas que ha enfrentando América Latina y el mundo por el coronavirus, Sergio Díaz-Granados está próximo a asumir un reto importante sobre el cual habló con Bloomberg Línea.

Un banco verde y sostenible

La sostenibilidad no es un tema para tomarse a la ligera y Díaz-Granados lo sabe. El colombiano tiene claro que para movilizar mayores recursos de otros países hacia la región “vamos a tener que revisar cada vez más que nuestros proyectos cumplen y tienen un impacto en lo económico, en lo social y en lo ambiental. Lo que más vamos a tener que hacer en la CAF, y mejor, es poder demostrar cómo este financiamiento tiene un impacto directo en la reducción de la pobreza y en el aumento de la equidad de género”.

Entre las metas que tiene el colombiano está que la CAF sea reconocida en los próximos años por su aporte a la infraestructura sostenible. Es consciente de que “eso implica transformaciones internas, preparación del recurso humano, tener la capacidad para movilizar más recursos en el exterior y focalizarnos en los proyectos que son claves para América Latina, muchos van a ser transmisión energética o con base en el transporte”.

Es así como la mitigación del impacto del cambio climático entra a ser uno de los pilares del banco. “Hay que preocuparnos por la reforestación en Suramérica porque la mitad de los gases efecto invernadero que se emiten allí son esencialmente por deforestación. Si el banco se vuelve muy asertivo en materia de monitoreo, evaluación y preparación de proyectos para reforestación, vamos a encontrar automáticamente una correspondencia muy grande de intereses a nivel mundial para financiar esos proyectos”.

El presidente entrante recordó que cuando se creó la CAF, en la década de los años 70 los costos hidroclimáticos por lluvia o por sequía fueron cercanos a los US$4.900 millones anuales, cifra que ha venido en aumento y en los últimos 10 años ya representan alrededor de US$58.000 millones anuales.

“Los eventos son cada vez más intensos, en mayor número y nos va a pasar en los próximos 10 años. No podremos sostener cada año mayores crisis, va a ser más difícil sostener y financiar eso, financiar las recuperaciones. Hay que preparar a la región para un nuevo nivel de mayor estrés hídrico sea por exceso de lluvia o por carencia de esta”,—  Sergio Díaz-Granados.

El comercio intrarregional

Uno de los propósitos por los que fue creada la CAF era precisamente impulsar la integración comercial entre los países de América Latina, pero esta tarea ha sido difícil de cumplir. En palabras de Díaz-Granados, “seguimos estando en niveles entre 14 y 15% que son las regiones con menor comercio entre ellas, mucho menos que Europa, Norteamérica, Asia y hay que preocuparse por eso porque también estamos hablando de pymes y de generación de empleo”.

El nuevo directivo recalca que si se quiere realmente alentar a las economías de América Latina hay que hacerlo con empleo y con comercio, “con comercio entre nosotros, entre todos. Esa es la mejor política que se puede desarrollar”.

Díaz-Granado agregó que el bajo comercio entre países de la región se debe en gran medida por problemas regulatorios, por calidad de las fronteras físicas, por mala conexión digital, entre otros. “Creo que es un tema que nos tiene que seguir motivando a trabajar juntos porque esa es una de las fórmulas de mantener un crecimiento económico sostenible”.

A la pregunta de qué falta para lograr esa mayor integración, el directivo dijo que dado que ya se han venido bajando aranceles “está faltando en este momento una mayor coordinación entre autoridades sanitarias en la región, una mejor coordinación en materia de procedimiento, de reconocimientos mutuos. Falta tener unas ventanillas de comercio que conversen entre sí, que faciliten el proceso de movilización de bienes y servicios”.

“Yo creo que la CAF tiene que jugar un rol ahí acompañando a los gobiernos, identificando esos nuevos pastos a donde pueden llegar para incrementar el comercio y sobre todo el comercio entre pequeñas y medianas empresas dentro de la región. Debe ser un trabajo constante»,—  Sergio Díaz-Granados.

Díaz-Granados añadió que hay reglas que se pueden optimizar en términos de comercio de paquetería y de mensajería dentro de la región, “eso ayudaría a que se moviera mucho más rápido el comercio sobre todo entre pequeña y mediana empresa”.

¿Y la capitalización de la CAF?

Sobre este punto el directivo no entregó mayores detalles pese a que es consciente de la importancia del tema si se quiere irrigar más recursos para la región en su proceso de recuperación tras la crisis.

A lo anterior agregó que es un tema que se debe hablar con el directorio. “Es importante que estos bancos que usualmente nacen en las crisis se fortalezcan en ellas para poder servirle mejor a sus países socios”.

En términos de la cartera consolidada de la CAF, que incluye las de préstamos, inversiones de capital, avales y garantías, Díaz-Granados explicó que esta pasó de ser de US$22.546 millones en 2016 a US$28.680 millones en 2020.

Por último, el presidente electo de la CAF aseguró que para hacer crecer el capital tienen dos opciones: “(i) hacer crecer la ventanilla soberana y una forma es involucrar a más países de la región al banco. Se puede porque hay áreas para crecer todavía y países con los que podemos generar una agenda además de colaboración y cooperación muy grande en el futuro; y (ii) ver qué hacemos con el sector privado y cómo lo involucramos más”.

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