Sostenibilidad: ¿Con qué material se harán los vestidos más lujosos del futuro?

La industria textil apuesta por revolucionar la moda con tejidos sostenibles que buscan transformar el sector para que respete el planeta

Parte del éxito de Elsa Schiaparelli fue su visión que tuvo para introducir nuevos tejidos en la moda. Fue pionera en el uso del lastex, la jeresca o el elsacloc, algunos de los materiales que ella comenzó a emplear en la alta costura, como también hizo con la cremallera. La diseñadora italiana se saltó los códigos clásicos de la lana, la seda o el algodón y buscó innovar, aunque muchas veces aquello no fuera lo más respetuoso para el medioambiente.


Banner_frasco-suscripcion-800x250

Ya es de sobra conocido que la industria textil es una de las más contaminantes del planeta. Esto ha hecho que sean muchas las empresas que apuesten por buscar una nueva manera de producir los tejidos, teniendo en cuenta esa máxima que dice que la única prenda que no contamina es la que no está producida. Somos una sociedad que consume moda y el reciclaje de esta no es tan sencillo como el de otros materiales. A este hay que añadir, además, que todavía es un concepto que no tenemos del todo asimilado. Las botellas de vidrio y el cartón van a su contenedor, pero la ropa… ¿Qué hacemos con ella?

Firmas como Ecoalf llevan tiempo presentando una respuesta sostenible a esta industria, pero no son las únicas. Hace unas semanas, Carmen Hijosa quedaba finalista en los European Inventors Awards por su creación: Piñatex. A través de la fibra de piña ha conseguido crear un material muy similar al cuero que cuenta ya con el visto bueno de firmas como Chanel, Hugo Boss o H&M. Y no es la única en nuestro país que está abanderando una revolución textil.

En el video de la presentación de AZ Factory, la última colección que firmó Alber Elbaz, pudimos ver a un español: Alfonso Cirera. Este empresario lidera Nylstar, un clásico de la industria textil española que se ha sabido posicionar ahora como un referente del lujo. Su empresa ha mejorado molecularmente la fórmula del poliéster y cuenta con un tejido que, según como se produzca, puede dar un tacto de algodón o de cashmere. Además, asegura que se eliminan la mayoría de los microplásticos que emiten las prendas, consiguiendo así ser uno de los materiales sostenibles más destacados del panorama fashion.

Tejidos Royo, por su parte, apuesta por intervenir de manera clara en el proceso de tintado de las prendas. Con Dry Indigo emplean espuma para tintarlas, no siendo por tanto necesario el uso de agua. Con esto se consigue evitar vertidos y, además, se ahorran el uso de un elemento, el agua, que en algunos lugares del mundo escasea.

Lo cierto es que la industria cada vez está más comprometida con la investigación en tejidos. Ahora mismos, encontramos proyectos en los que se emplean posos de café, estiércol de vaca o cortezas de árboles para crear materiales con los que poder confeccionar las prendas del futuro. Entre todos estos destacan los que buscan “dominar” la tela de araña, una de las fibras más codiciadas, ya que resulta cinco veces más resistente que el acero y es más elástica que el nylon.

Es, sin lugar a dudas, el competidor más serio de la seda. La firma japonesa Spiber se ha acercado mucho a este logro con un tejido creado a partir de la fermentación del azúcar. El primer experimento que han hecho a lo que podríamos considerar gran escala lo realizaron de la mano de The North Face para quien diseñaron el abrigo ‘Moon Parka’. ¿El resultado? Una prenda que se agotó rápidamente pese a su elevado precio (rondaba los 2.000 €).

Lucina Llorente, responsable del estudio de tejidos en el Museo del Traje, hace una diferenciación sobre el futuro de los materiales: “Una cosa son los tejidos sostenibles y otra los inteligentes. Estos últimos se desarrollan en laboratorios para que contengan circuitos electrónicos que los conviertan en tejidos inteligentes, con sensores que transmiten información, como pueden ser las camisetas que se emplean en algunos equipos de fútbol para controlar las pulsaciones de sus jugadores, o en la medicina, consiguiendo que se transmita información a la unidad médica, desmonitorizando así a los enfermos”. En este sentido, la experta de la institución madrileña recuerda ejemplos como el desfile de Olivia Dong en 2007, donde se vieron diseños confeccionados con tejidos que protegían de los resfriados, de la gripe, de la polución o de los gases nocivos.

Firmas como Gucci, Versace o Michael Kors y hasta el British Fashion Council han prohibido el empleo de pieles. Este paso, que no parece en falso, es un cambio de rumbo en la moda que la industria se ha tomado muy en serio, buscando al parecer que el consumo no perjudique tanto como hasta ahora al planeta. Y es que, para poder vestirnos con las próximas tendencias, primero necesitamos tener un futuro.

Banner_azules
Reciba las últimas noticias de la industria en su casilla:

Suscribirse ✉