La directora de Casa Decor, Alicia García Cabrera, explicó a Efe que esta exhibición es la «más natural, la más sostenible» hasta el momento, en un total de 64 espacios distribuidos en alrededor de 3.000 metros cuadrados, en la que fue vivienda de los Marqueses de Frómista, un edificio emblemático en pleno barrio de Salamanca de Madrid.
«Este es el año de la sostenibilidad y hemos querido darle relevancia al sector en este aspecto, así como a la reutilización de los materiales», añade García Cabrera.
Y bajo ese concepto, la 55 edición de Casa Decor incorpora fibras naturales, paneles elaborados a partir de botellas PET, arena de la playa compactada, maderas nobles y trabajo artesano de kilómetro cero, de proximidad, que minimiza el impacto ambiental.
Un objetivo que se proyecta nada más entrar y que recibe con una moqueta verde que conduce al primer piso, donde José Manuel Ferrero recrea un taller artesano con un telar en el que las paredes también lucen verdes.
En esa misma línea, el interiorista Guillermo García de la Hoz ha creado una lavandería, cocina y «chill out» en el que la cerámica de Talavera de la Reina, considerada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco, convive con elementos tecnológicos de última generación como los televisores y diseño contemporáneo.
«Tenemos que impulsar la artesanía que forma parte de nuestra cultura con nuevas ideas y diseños porque si no, la perderemos», explica García de la Hoz.
La arquitecta Lorna de Santos realiza una propuesta con la misma intención: «recuperar talleres artesanos». Así construye un espacio de relax donde la repisa que va de un extremo a otro de la pared se ha realizado a partir de un árbol ya cortado, parte «desechada» de una tala. Mientras que el suelo está realizado con arena de la playa en polvo, aplicada como microcemento.
Hay zonas e imágenes que invitan al visitante a reflexionar sobre la situación de los mares que nos rodean. Ese es el caso del creado por los alumnos de Escuela Universitaria de Diseño, Innovación y Tecnología (ESNE) que en una zona de paso han diseñado una bolsa de plástico gigante para transmitir la sensación de vivir inmersos en ese material.
Con la misma intención cuelgan de la pared del baño, diseñado por Bao Proyectos para Jacob Delafont, tres imágenes del Mediterráneo embravecido «uno de los más atacados», una zona en la que los grifos tienen la categoría de eficiencia energética para no derrochar agua, «y todos los elementos disponibles en el espacio se reutilizarán».
En la línea de sostenibilidad que busca la reutilización de los materiales se sitúa también el estudio Moretti que subastará la cocina que ha construido y en la que ha incorporado un olivo natural, que no es el único que se puede contemplar en el recorrido por Casa Decor.
«Una cocina que nace a partir de elementos reciclados», comenta Alexander Saghy, que muestra con orgullo encimeras de acero que no se rayan ni dejan huellas.
Ela Blasco y Begoña Nicolau plantean la importancia de las piezas antiguas, heredadas, porque «todo puede tener una segunda vida», indican.
El diseño elegante y minimalista de Dotore se enmarca también en la economía circular que presenta una estantería y una cómoda elaborada a partir de aluminio, «un material que se puede reciclar el cien por cien», explica el interiorista Javier Uriarte, que ha creado paneles para la pared a partir de botellas PET, como la alfombra de lana diseñada por Fabián Nuñez.
La interiorista Mónica Garrido se ha apoyado en materiales renovables para crear un dormitorio cálido en el que las paredes están revestidas de madera y fibras naturales para «ganar en eficiencia energética y mantener el calor».
Un lugar lleno de color, «muy confortable», con mobiliario ecléctico y versátil que «se puede reutilizar en otra estancia en el caso de que te aburras».
La vivienda sostenible ha llegado para quedarse.
