Es imposible reciclar los test de antígenos

Tenemos un problema

Hemos perdido la cuenta de la cantidad de test de antígenos que nos hemos hecho en casa desde que comenzó la pandemia. El momento del autodiagnóstico requiere de una máxima pulcritud, aunque también de la máxima responsabilidad. No solo por cómo nos comportemos tras saber el resultado, sino por lo que terminemos haciendo con los materiales que hemos utilizado para la prueba.

Cada prueba diagnóstica que adquirimos en la farmacia contiene una media de siete gramos de plástico contenidos en una pequeña caja de cartón. Si solo contamos los datos de las últimas semanas, podemos decir que se han vendido más de siete millones de tests de autodiagnóstico, por lo que las cuentas del impacto medioambiental que tiene en el planeta, se disparan.


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«Los residuos covid no son elementos que se puedan desechar en el Punto SIGRE por motivos de salud pública»

Según la Organización Mundial de las Salud (OMS), hemos generado 1,6 millones de toneladas de residuos al día desde que comenzó la pandemia. Solo la fabricación de muestras de autodiagnóstico ha sumado 2.600 toneladas de residuos plásticos y 731.000 litros de residuos químicos. En general, apuntan a que la pandemia ha duplicado el volumen de residuos plásticos producidos y desechados por nuestra especie, la mayoría, provenientes de productos de un solo uso, como los test de antígenos o las mascarillas sanitarias.

Así que, ¿cómo reciclar estas pruebas que nos hacemos en casa? La respuesta es clara y cruda: actualmente no se puede. En la misma caja del test, se nos indica que tenemos que reciclar los materiales según la legislación vigente en cada país, en el nuestro en concreto, la regla es que debemos tirar todo el pack, envuelto en una bolsa previa, a la basura de la fracción resto, es decir, al contenedor general: donde echamos lo que ‘no es posible’ reciclar.

Los residuos sanitarios se han multiplicado a raíz de la pandemia (EFE/E. Yonhap)

Los residuos sanitarios se han multiplicado a raíz de la pandemia (EFE/E. Yonhap)

Al contrario de lo que muchos puedan pensar, el Punto SIGRE de las farmacias no permite la recolecta de este tipo de productos. “Los residuos covid (mascarillas, guantes, tests…) no son elementos que se puedan desechar en el Punto SIGRE, por motivos de salud pública al estar potencialmente contaminados. Se deben tirar en una bolsa cerrada en el contenedor de la fracción resto”, informan desde SIGRE a Planeta A. Aun así, nos cuentan que aún reciben algún que otro descuido, pero “cada vez son menos desde que ha ido avanzando la pandemia”.

Ante la ausencia de un punto que recoja este tipo de productos sanitarios y la urgencia de seguir produciendo de forma rápida test de autodiagnóstico, nos encontramos con toneladas de plástico que terminan en los vertederos sin posibilidad de reciclaje, y con una ausencia total de un punto de recogida responsable.

El ecodiseño en los antígenos

En los últimos años, las medidas de ecodiseño adoptadas por los laboratorios farmacéuticos han sido esenciales a la hora de evaluar el impacto medioambiental que tienen los envases de los medicamentos. Según datos de SIGRE, más de 330 compañías farmacéuticas aplican medidas de ecodiseño en sus embalajes, lo que ahorra cada año más de 150 toneladas de materias primas. Hoy, uno de cada tres envases de medicamentos es más ecológico que en 2001; por ejemplo, son un 25% más ligeros y, gracias al funcionamiento de la logística inversa, se consigue un ahorro adicional de otras 1.400 toneladas anuales de CO2, entre otros resultados.

Está muy bien fabricar y hacer test, pero estamos dejando el planeta hecho un asco.
La carcasa de plástico se podría reutilizar y enviar por separado las tiras de papel en sobres o cajitas.
A ver si alguien pudiera ayudar con esto.
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Pero los antígenos están considerados material sanitario, y para estos productos, las medidas ecológicas no son las mismas. En países como Estados Unidos, ya nos llevan ventaja respecto a este tema con la fabricación de test de carcasa reutilizable. Precisamente este era el punto al que se refería la bioquímica y bióloga nuclear Maria I. Tapia hace unas semanas en su perfil de twitter: “Ojalá pronto hagan test con carcasa reciclable. Mucho mejor para el planeta. Las tiras de papel podrían venir por separado en cajitas, como ocurre con las tiras para medir el pH, por ejemplo”.

¿Rediseño o reciclaje?

Como suele pasar en temas de sostenibilidad y medio ambiente, la reestructuración del diseño y de los procesos de reciclaje están sobre la mesa. ¿Qué es mejor? Lo cierto es que en la actualidad nos encontramos ante tal cantidad de residuos de un solo uso que resulta imposible proceder al reciclaje de todos ellos, aunque en cualquier caso, y con la realidad que tenemos, ambas opciones son necesarias en la actualidad.

Desde las plataformas La Fábrica de Innovación y Singular Mask nos aseguran a Planeta A que la prioridad es encontrar un nuevo diseño, aunque no resulte nada fácil. “Se podría diseñar de otra manera, pero mínimo, para cambiar la legislación y algo del diseño, son seis u ocho meses para que te aprueben todo. Además, el precio del plástico es tan sumamente barato que a los laboratorios no les compensa sacar otros modelos”.

Rosa Castizo trabaja de forma activa en ambas asociaciones, que llevan desde que comenzó la pandemia promoviendo alternativas sostenibles para el planeta sobre el uso de mascarillas y test de antígenos. Castizo también habla de reciclaje, aunque no de todos los materiales del kit: “La carcasa es lo más fácil de reciclar, porque es solo un tipo de plástico. Pero la parte legal de por qué no se puede reciclar es porque las muestras están contaminadas, así que nos centramos en los test negativos”.

Para empezar a hacer pruebas, requieren de puntos de encuentro, como las farmacias, que permitan el acopio de, al menos 1000 test, aunque con 500 ya tendrían un número suficiente para comenzar: “Lo ideal sería tener 1000, porque nosotros pagamos a la fábrica para que nos haga una prueba y puedan poner en funcionamiento la máquina y triturar el plástico. Pero claro, para hacer la prueba de concepto necesitamos un volumen considerable”.

Los tests acaban llenando vertederos. (EFE/Sáshenka Gutiérrez)

Los tests acaban llenando vertederos. (EFE/Sáshenka Gutiérrez)

También piden mayor participación por parte de los laboratorios para fabricar envases con materiales más sostenibles. Algunas de las alternativas que proponen se asemejan a las que ya hacía referencia María I. Tapias en redes: carcasas de cartón en vez de las de plástico, cambio de la tira del análisis a una intercambiable, o la fabricación de una caja con varios test, que sustituya a la opción de un pack con cinco pruebas y que supone el mismo plástico pero multiplicado por cinco. Ante estas medidas, entre el lento cambio legislativo al que hacíamos referencia y el bajo coste del plástico, Rosa Díaz refiere que se están encontrando con continuas negativas por parte de las empresas encargadas.

Mientras tanto, los fabricantes de este tipo de pruebas autodiagnósticas se disparan en la bolsa. Según la Agencia Española del Medicamento (AEMPS), nuestro país tiene 32 modelos autorizados para su comercialización. 24 de ellos provienen de China, y el resto se fabrica en Corea, Canadá, Alemania, Francia, Suiza o Estados Unidos.

Con las cifras de contagios en alza, Abott Laboratories, Roche o Siemens Healthineers terminaron el pasado año con una rentabilidad de más del 30% respecto a 2020. Esta última fue una de las más señaladas por los analistas para invertir a lo largo de este año, por su previsible aumento de crecimiento. Ahora solo falta que tengan también en cuenta la sostenibilidad.

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