El plástico un problema para la moda más allá de los empaques

Hasta la llegada de las compras por internet, podríamos haber pensado que toda la ropa se enviaba en bolsas de arpillera. Hoy en día, quienes quieren que su gasto en moda sea sostenible pueden encontrar consuelo en perchas de madera reutilizables, bolsas de papel y fibras recicladas. Y en muchas tiendas, el único elemento de plástico es el equipo electrónico de la caja.

Pero bajo esa superficie, la industria de la moda está construida sobre una montaña de textiles artificiales. La producción mundial de algodón y lana apenas ha aumentado desde principios de los años 90. Las fibras industriales y sintéticas, como la viscosa, el nylon y, sobre todo, el poliéster, casi se han triplicado.


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Esta contradicción está en el origen de la batalla entre dos de los mayores actores del sector del prêt-à-porter. Inditex, la empresa española propietaria de Zara, se encuentra en un callejón sin salida en la batalla de los plásticos que libra con uno de sus mayores minoristas, el gigante alemán de la moda online Zalando, según informó Bloomberg el mes pasado.

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Inditex está intentando reducir a la mitad sus emisiones para 2030 y quiere eliminar los plásticos de un solo uso este año, pero Zalando se resiste a dejar de distribuir su ropa en bolsas de polietileno. Estas bolsas sintéticas son omnipresentes en el sector de la moda, donde se utilizan para evitar que los artículos se dañen desde que salen de la fábrica y hasta que son utilizados por el consumidor. Los minoristas suelen retirarlas antes de que los productos se expongan en las tiendas. Hasta hace poco, no todos los consumidores conocían su existencia. Fue el auge de los minoristas electrónicos lo que forzó esta toma de conciencia.

¿Quién tiene razón? Los envases de todo tipo representan solo alrededor del 5 % de la huella de carbono del competidor de Inditex, el grupo H&M, según su informe de sostenibilidad de 2014, el último año en que lo cuantificó. Es poco probable que esta cifra sea muy diferente en Zara, o que haya cambiado mucho desde entonces. Más del 70 % de la huella de carbono total de H&M procede de la propia producción de la ropa, según su informe de 2020, y alrededor del 8 % procede de productos distintos de la ropa, incluyendo los envases.

Las bolsas de polietileno están muy extendidas porque también evitan que todas esas emisiones se desperdicien cuando la humedad o la suciedad alteran la ropa de camino al consumidor. Patagonia, otro minorista concienciado con el medioambiente, decidió seguir usando bolsas de polietileno en 2014 después de que un estudio interno revelara que el 30 % de los artículos que no estaban empaquetados se dañaban hasta el punto de volverse invendibles. Inditex tampoco tiene planes de eliminar el plástico. En su lugar, promete reutilizar y reciclar todas sus bolsas.

El principal factor que contribuye al aumento de la huella de carbono de la moda es el hecho de que cada vez compramos más ropa, y con más frecuencia. La filosofía de la moda rápida se centra en incorporar las tendencias que se ven en las pasarelas en cuestión de semanas, favoreciendo cambios rápidos de existencias y materiales baratos que son más fáciles de tirar que de reparar. En el caso de Zara, ofrece docenas de nuevas colecciones cada año, frente a una media de dos entre las empresas europeas de confección en el año 2000. La producción per cápita de fibras textiles aumentó un 82 % entre 1995 y 2018, a medida que la moda rápida ganaba importancia, animando a los consumidores a considerar la ropa como desechable.

Resulta especialmente irónico que el conflicto entre Inditex y Zalando salga ahora a la luz. El periodo de rebajas posterior a la Navidad ha sido, durante mucho tiempo, un emblema de las luchas de la industria a favor de la sostenibilidad. Incluso antes de que la moda rápida animara a los consumidores a llenar sus armarios de ropa, los minoristas llenaban sus tiendas con un exceso de existencias que había que liquidar en una avalancha de descuentos.

En el conjunto del sector, solo alrededor del 40 % de la ropa se vende a precio completo, el 30 % se promociona y el resto no se vende nunca. Reducir estos residuos contribuiría mucho más a disminuir la huella de carbono que la cuestión de las bolsas de polietileno.

A menudo se considera que la moda rápida es el chivo expiatorio de todos los problemas del sector textil. No es del todo justo. Nuestra montaña de residuos de ropa sería probablemente mucho menor si los competidores [de Inditex] pudieran igualar su legendariamente eficiente cadena de suministro en tiempo real. Su rotación de existencias, que mide la cantidad de stock sin vender en las estanterías, es mucho mayor que la de sus principales competidores.

No obstante, la mejor manera de fomentar una industria textil más sostenible será la compra de una menor cantidad de productos de mejor calidad que puedan repararse en lugar de tirarse. En un mundo en el que más de la mitad de la ropa se fabrica con poliéster barato, los plásticos desechables que usamos son un problema mayor que las bolsas en las que vienen.

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