Una nueva ola de diseñadores de todo el mundo, desde Bolivia hasta Japón, está haciendo que la sustentabilidad sea parte integral de su proceso creativo.
Walid al Damirji estructuró su marca By Walid en torno a un único principio: no desperdiciar. ‘De lo contrario, sería una falta de respeto’, dice el diseñador sobre los tejidos antiguos como cortinas, ropa vintage y tapices que transforma en románticas blusas, chaquetas e incluso artículos para el hogar como almohadas y colchas. Cuando se trata de encontrar estos materiales, al Damirji dice: ‘No dejo piedra sin remover: subastas, ferias vintage, ventas de maleteros de coches… lo que sea’. Su profundo cuidado le convirtió en uno de los primeros en la industria de la moda de lujo en tomarse en serio el upcycling y la sustentabilidad. -Steff Yotka
Mozh Mozh, Perú
Mozhdeh Matin lanzó su marca en 2015, explica, para ‘trabajar con los artesanos locales
y preservar sus técnicas’, motivada por el concepto de economía circular y, efectivamente, sus coloridos y tradicionales piezas, vestidos y accesorios -con hilos de alpaca, algodón y lana también autóctonos de Perú- han puesto en marcha esa rueda. ‘Todos los artistas se inspiran en su entorno’, dice, ‘y la crisis climática nos está empujando a muchos a crear formas ingeniosas de ser más sostenibles’.
Maison ARTC, Marruecos
Maison ARTC es la creación de cinco años del diseñador marroquí israelí Artsi Ifrach, que trabaja de la forma más sostenible posible en su taller de Marrakech, combinando su amplia colección de ropa antigua del siglo XIX con tejidos locales, como mantas tejidas a mano en las montañas del Atlas. Lo de ‘como pueda’ es crucial: ‘La sostenibilidad y la industria, la producción, la moda rápida… nada de eso es sostenible, a menos que hagas Alta Costura«, dice Ifrach. Su solución: piezas únicas de colección diseñadas para mantener el pasado vivo en el presente. -Mark Holgate
Bode, Estados Unidos
Cuando Emily Adams Bode irrumpió en la escena de la moda masculina en 2017 con sus chaquetas acolchadas recicladas, la forma juvenil y el guiño a la artesanía resonaron al instante, pero su reverencia por los objetos y las historias del pasado de
también se trasladó a las colchas, la ropa, los manteles y las mantas. Desde entonces, ha abierto una tienda de sastrería junto a su tienda de la calle Hester en Nueva York, donde los clientes pueden llevar sus prendas para repararlas o ‘preservarlas’, como dice Bode: ‘Estamos enseñando a nuestra comunidad cómo la ropa puede durar durante generaciones’. -Emily Farra
Marine Serre, Francia
‘El proceso de regeneración es complejo, único y meticuloso’, dice Marine Serre, cuya marca equilibra el uso de fibras eco-responsables con la reutilización de camisetas vintage, chaquetas de cuero, vaqueros e incluso paños de cocina para convertirlos en nuevas prendas. Serre construyó el vestido que se ve aquí a partir de pañuelos encontrados en mercados franceses, drapeándolos y envolviéndolos para crear una silueta clásica a partir de materiales inesperados. Utilizar lo viejo para hacer lo nuevo no es fácil, sobre todo para una diseñadora que produce a su escala: ‘Tuvimos que rehacer toda la cadena de producción’, dice. ‘El ecofuturismo es una forma de vivir, una forma de actuar y una forma de inspirarse. Queremos que las cosas tengan sentido’.