Vuelve el lujo en el 2023

¿Y si en 2023 el lujo vuelve a ser ‘lo que era antes’?

De acuerdo al portal de noticias vogue.es

¿Puede en el 2023 el lujo volver a ser ‘lo que era antes’?

Cuando poco antes de la marcha de Alessandro Michele de Gucci la casa presentó la nueva campaña de su línea Valigeria, protagonizada por Ryan Gosling, empezaron a sonar campanas de cambio. Si bien la dirección creativa de esta colección, denominada Gucci Savoy, se acreditó al diseñador romano, era evidente que la firma se adentraba en una nueva era.


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Una celebridad amable y sobre todo cómoda para el comprador clásico de lujo; una epifanía de códigos propios de la marca: el monograma GG, la tribanda, la piel… Incluso el hecho de que se tratara de la división de artículos de viaje no parecía casual: conectaba directamente con su legado. “Es precisamente en el acto de viajar donde radican los orígenes de Gucci.

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Fue fundada en Florencia en 1921 por Guccio Gucci, quien más de veinte años antes, con tan solo 17 años, emigró a París y posteriormente a Londres. En la capital inglesa, el joven florentino trabajó como botones en El Hotel Savoy, el destino por excelencia de los viajeros internacionales”, rezaba la nota de prensa.

Apenas dos meses después y ya sin Michele al mando, la firma presentaba la campaña del nuevo Jackie 1961, uno de sus bolsos insignia, con una Dakota Johnson haciendo de Dakota Johnson: seguida por paparazzis, en las imágenes reflejaba un estilo de vida en teoría aspiracional en la meca del cine.

La actriz había sido una de las celebridades de confianza de la última era de Gucci, pero esta vez, y a pesar de heredar un equipo artístico formado por Christopher Simmonds y Glen Luchford, eso que llamamos storytelling era muy diferente.

Distinto, pero no nuevo. Con el cambio de mando de Gucci –y a falta de saber el rumbo que toma su nuevo líder creativo, Sabato de Sarno, aunque todo parece indicar que se centrará en reivindicar el heritage de la firma–, la figura de Demna en Balenciaga en la cuerda floja y el vaticinio del fin de la era de las sneakers es pertinente preguntarse si estamos ante un nuevo paradigma estético.

El lujo, en los últimos años, se resignificó para democratizar su apariencia (que no sus precios). Pero ha llegado el momento de pasar página, como analiza Sara Maggioni, Head of Womenswear en WGSN.

“La saturación de looks que muestran piel, cortes y aires Y2K de las últimas temporadas tienen mucho que ver: cuando algo copa tanto el mercado, los creadores de tendencias buscan un cambio de dirección”.

Así, parece que nos adentraremos en un antojo de contrarrevolución o vuelta a los códigos clásicos del lujo, donde las piezas atemporales, la defensa del legado de las firmas históricas y la vuelta a esos lugares estéticos supuestamente cómodos para la mayoría marcarán la pauta. Se trata de convertir lo clásico en la nueva disrupción, si es que eso tiene sentido a nivel conceptual. Y la sociedad pospandémica, la guerra y la consecuente recesión tiene mucho que ver.

“Vestir algo un poco más clásico en tiempos inciertos genera una sensación de seguridad”, aporta la especialista. Además, sobra decir que los productos menos vinculados a las tendencias son los que más valor tienen en caso de reventa. En una crisis eso, sin duda, importa.

Como norma general, la planificación de la estructura de una colección en una casa de moda de lujo se reparte en un 70% de artículos atemporales y un 30% de productos de temporada. Así lo confirma Fiona Petroni, consultora de firmas de moda con gran experiencia en Italia y profesora de la escuela Polimoda en Florencia.

Por su parte, Libby Page, Market Director en NET-A-PORTER, asegura: “Tras varias temporadas de looks coloristas, en los desfiles de primavera-verano 2023 asistimos al regreso de los esenciales con un punto elevado y del lujo atemporal. La elegancia sobria es la máxima del lujo”. Además, aporta el dato de que su clientela está apostando por invertir en relojes Cartier, IWC o Hermès.

Si atendemos al índice Best Global Brands 2022 de la consultoría Interbrand, a nivel global, en cuanto a lujo, las marcas con más valor son Louis Vuitton (14º puesto en el ranking general), Chanel (22º) y Hermès (23º). ¿Qué tienen en común estos nombres? Un alto –y bien rentabilizado– sentido del legado. “El lujo viene de un año extraordinario en cuanto a valor de marca se refiere.

El sector aumentó su valor de marca una media del 22,3% gracias a la fortaleza de las enseñas que han sabido combinar un legado histórico sólido con la búsqueda de nuevas audiencias y nuevos espacios competitivos”, comparte Raúl García, Senior Consultant de esta compañía.

Una de las firmas más ligadas a la cultura, iconografía e historia de su país es Burberry. La etiqueta británica siempre se ha mostrado al mundo como la quintaesencia del estilo inglés, con su gabardina, sus cuadros –los icónicos haymarket check– y su símbolo clásico, con un jinete armado sobre un caballo en plena carrera.

El Equestrian Knight, como se denomina, data de principios del siglo XX y vuelve de la mano del nuevo director creativo de la casa, Daniel Lee (quien resucitara Bottega Veneta). Da, de este modo, un portazo al trabajo de su predecesor, Riccardo Tisci, quien junto a Peter Saville cambiara el emblema: en 2018 jubiló al caballero y dio todo el protagonismo a las iniciales del fundador de la marca, Thomas Burberry. Así, a dos semanas del desfile que supondrá el debut de Lee, ya sabemos la dirección que tomará: puro heritage.

Así lo confirma Maggioni desde WGSN. “La razón por la que el regreso de Philo será particularmente impactante es porque llegará en un momento en que ese tipo de look es lo que el consumidor quiere y necesita.

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