De acuerdo al portal de noticias modaes.com
Caribú, bolsos para un público que huye del ‘fast fashion’
Una marca de bolsos para que duren “más de diez años”. Es la visión que tiene Mariona Puig, fundadora de Caribú para su compañía de accesorios de marroquinería, nacida en 2019. Con una inversión inicial de 50.000 euros, Puig y su marido, Cristina Cuesta, lanzaron la empresa y dos semanas antes del confinamiento, en marzo de 2020, hicieron su primer shooting.
“El 2020 fue un año catastrófico, los bolsos era lo último en lo que la gente quería invertir porque no podíamos salir de casa”, comenta la fundadora de la compañía catalana a Modaes. La empresa de bolsos ha aumentado sus ventas un 15% en los dos últimos años.
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La compañía concentra su producción en plantas españolas y fabrica todos sus productos con pieles excedentes de marcas de lujo en un taller de Vic (Barcelona). El objetivo de la empresa es “dar una segunda vida a las pieles que las empresas de lujo descartan.”
La compañía está presente en el canal multimarca a través de dos tiendas de Barcelona y en el marketplace Matriz, que suponen prácticamente el 100% de sus ventas. “En el canal multimarca nuestros productos están teniendo muy buena acogida”, explica Puig. Para 2023, la empresa planea ampliar su presencia en este canal y expandirse a otras ciudades españolas y europeas.
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La compañía de bolsos, de momento gestionada por su fundadora desde casa, también tiene como objetivo para este año establecer un lugar de trabajo físico y poder crear un showroom “en el que las clientas se puedan probar el producto y lo vean de manera presencial”, afirma Puig.
Caribú no se plantea, por el momento, abrir un establecimiento propio. “Sería ideal tener un lugar propio, depende de la acogida que tenga el producto este año podría ser un objetivo para 2024”, explica la fundadora de la compañía.
Por el momento, Caribú no cuenta con un equipo fijo y componen la empresa Marina Puig y Cristian Cuesta, los fundadores. El resto de responsabilidades de la empresa, como la comunicación corporativa, están externalizadas.
Puig se encarga del diseño de los productos y ha sido este año cuando la empresaria ha empezado a dedicarse exclusivamente a la marca. Costa, por su parte, se encarga de responsabilidades financieras. La pareja no se plantea, de momento, la financiación externa y quieren continuar con la total responsabilidad de la compañía.
