Prada P/V 2024 caía una sustancia viscosa del techo, pero ¿por qué?

En el desfile de Prada P/V 2024 caía una sustancia viscosa del techo, pero ¿por qué?

De acuerdo al portal de noticias revistagq.com

En el desfile de Prada P/V 2024 caía una sustancia viscosa del techo, pero ¿por qué?

  • La propuesta ideada por Miuccia Prada y Raf Simons para la próximo verano ha sido una de las más comentadas de Milan Fashion Week, y no solo por su ropa, sino por el set donde se presentó.

Para nadie es un secreto que los desfiles de Prada son unos de los más esperados en cada edición de Milan Fashion Week, y la presentación primavera / verano 2024 no iba a ser una excepción. Adentrarse en el universo de la firma italiana es una experiencia que comienza mucho antes de que el primer modelo salga a la pasarela. Atravesar las puertas de la Fondazione Prada, donde se celebra el show, supone estar abiertos a la sorpresa puesto que, aunque el exterior no cambia, el interior se revela cada vez de una manera diferente con el objetivo de completar el significado de la colección.


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En el caso de la P/V 2024, Miuccia Prada y Raf Simons, fundadora y co-creador de la firma respectivamente, introdujeron a sus invitados en una especie de jaula industrial de aluminio. El espacio, una creación del estudio de arquitectura holandés AMO, acogía un set con suelo, paredes y techos recubiertos de aluminio y coronado con potentes luces blancas que remataban la sensación de ambiente casi clínico, quirúrgico, preciso, como son cada una de las colecciones de Prada.

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Cuando los invitados tomaron asiento, Prada lanzó a sus modelos a la pasarela con los acordes de Closer, de Nine Inch Nails, a todo volumen. Hasta aquí, todo normal: set, música y desfile. Sin embargo, el show no había arrancado del todo todavía. A la salida del tercer look, compuesto por una camisa de flecos y un microshort negro, del techo del escenario comenzó a rezumar una sustancia viscosa que se extendió hasta el suelo, creando un muro traslúcido entre los modelos y algunos asistentes. ¿Por qué?

Las mentes más calenturientas enseguida asociaron el material con el lubricante. No los culpamos. Por un lado, veníamos de un arranque de la Semana de la Moda de Milán, con Valentino y Dsquared2 a la cabeza, en el que el sexo y la sensualidad habían marcado los primeros desfiles. Si a eso le sumamos que mientras caía el sebo los altavoces gritaban los versos “I wanna fuck you like an animal” del tema escogido, la audiencia no iba mal encaminada. Sin embargo, la razón se configuraba mucho más allá de la evidencia.

El título de esta colección P/V 2024 de Prada era Fluid Form, y el objetivo era hacer «un análisis de la arquitectura fluida alrededor del cuerpo humano», según las notas del desfile. Mediante la creación de esos muros viscosos, el equipo de AMO consiguió transformar la forma en la que la audiencia veía e interactuaba con los modelos, trasladando así el concepto del desfile al set. Al mirar a través de las tres toneladas de sustancia viscosa empleada –las cuales serán recogidas para ser recicladas–, la percepción cambiaba. La fuerza del espacio y de las siluetas de la colección, marcadas por los hombros amplios y las cinturas estrechas –lo cual nos induce a una idea restrictiva del movimiento–, adquirían un aspecto orgánico y fluido al ser vistas a través de la viscosidad del material. «Los muros abstractos se evocan a través de interrupciones fluidas, formando un desfile en constante cambio a través del cual pasan los modelos», comentaba Miuccia Prada.

Más allá de la contraposición entre los muros de aluminio y los de la pegajosa sustancia, este juego entre la rigidez y la fluidez siguió manifestándose a lo largo de la colección. “Muy a menudo en la sastrería, las construcciones terminan siendo muy arquitectónicas y el cuerpo queda parcialmente restringido”, explicaba Raf Simons tras el desfile. De esta manera, los cortes de estilo años 40 en los que se inspira esta colección se reducen y se aligeran, pasando de pesados tejidos de lana a textiles ultraligeros o de contundentes americanas a volátiles diseños tan finos como camisas de popelín –como se puede ver en los tops de largas mangas o los trenchas cortados en Nylon–.

También las flores de tejido brotaban de las camisas –actualizando el famosos estampado floral de Prada–, los flecos caían de los rígidos hombros XXL y pequeños mechones de pelo escapaban de las ligeras prendas de punto. Por no olvidar ese tránsito evidente en la paleta de color, que iba de los negros más rigurosos a los empolvados más delicados. Todos ellos, elementos que juegan con esa sensación entre la rigidez y la fluidez sartorial, una cuerda con dos extremos en los que se encuentran siempre la sastrería más pura y la vanguardia más futurista; y que los invitados no dudaron en experimentar, puesto que al acabar el desfile se levantaron como un resorte para descubrir, a través del tacto, lo que acababa de caer del cielo de Prada.

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