Daves, Nos trae << Faldas para Hombre >> como una nueva moda

Daves, la marca española que hacía faldas para hombre mucho antes de que se pusieran de moda

De acuerdo al portal de noticias revistagq.com

Daves, la marca española que hacía faldas para hombre mucho antes de que se pusieran de moda

Las faldas para hombre han sido una de las tendencias más marcadas en las últimas pasarelas de Milán y París, en las cuales se acaban de presentar las colecciones otoño / invierno 2023 – 2024. Los ríos de tinta –impresa y digital– han corrido al descubrir cómo un elemento reservado a la marginalidad masculina eurocentrista o a los trajes tradicionales, como el kilt escocés, ha inundado los shows internacionales con la mayor normalidad del mundo.


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¿Por qué decidisteis crear una marca de faldas para hombre?
Entre amigos, siempre habíamos comentado que la falda era una prenda que muchos queríamos llevar, pero era un elefante en la habitación. Nadie lo dice, pero realmente los hombres no llevamos falda por miedo, porque sentimos que vamos a estar más vulnerables. De primeras choca, pero en cuanto te la pruebas, te gusta y, en cuanto sales una vez a la calle, descubres que no es para tanto. Se trata de ir pasito a pasito desmontando prejuicios, los cuales son comprensibles, y haciendo que cada vez sea más normal, y nosotros estamos ahí para darles ese empujón que necesitan.

¿Cómo disteis con el diseño de falda que buscábais?
Sergio se empezó a poner falda poco antes de arrancar con el proyecto, sobre todo para testear cómo se iba sintiendo, y en Instagram se creó un canal de comunicación bidireccional con los clientes: nosotros íbamos compartiendo los retos que íbamos teniendo nosotros como empresa y los clientes nos pedían consejo sobre cómo llevarla, era casi como un consultorio. Creemos que esa es la mayor labor de concienciación que hicimos, porque se generó una especie de mesa redonda entre todos. Tuvimos muchas conversaciones con ellos, e incluso diría que el cambio de patronaje que hicimos de la primera falda, la Barker, que era más formal, a la Hopkins fue por el aprendizaje y el feedback tan directo que nos dieron.

¿Cuáles fueron los retos que os encontrasteis al iniciar el proyecto?
Al principio, hubo que hacer una labor de sensibilización y concienciación bastante grande, porque el uso de la falda en hombres no estaba tan extendido como ahora hemos visto en las pasarelas. Incluso hoy en día, a pesar de que se van descubriendo cada vez más referentes, como actores y cantantes, que hacen que la gente lo tenga en mente, llevar falda todavía es algo que no ha llegado al mercado como tal, no es masivo, y hace falta normalización.

Nuestro objetivo era regularizar su uso, por eso el contenido que hacíamos para redes era a la luz del día y con la idea de sustituir el pantalón por una falda, porque la manera de combinarla es prácticamente igual. No buscábamos crear una imagen superreivindicativa que generara más inseguridad o pareciera un disfraz, sino transmitir que la falda es una prenda como otra cualquiera y que se puede adaptar a tu estilo. Somos conscientes de que esto lleva asociado romper ciertos patrones y estereotipos que están muy interiorizados, pero no queremos abusar de eso, simplemente queremos normalizarlo.

¿Por qué abristeis Daves en España?
Tampoco fue una decisión estratégica, vivimos en Madrid y lo natural es empezar donde vives, porque conoces un poco mejor tanto los canales de venta como ciertas comunidades, gente que directamente te puede comprar, y de esta manera empezar a generar una base con esas primeras ventas. Lo bueno que tiene el modelo online con el que trabajamos es que realmente puedes vender en cualquier parte. Hemos tenido pedidos de Reino Unido, Francia, Italia, Estados Unidos, Latinoamérica… Entonces, aunque el principal mercado es España, el canal online te permite llegar sin límites donde necesites.

¿Qué tipo clientela tenéis?
Al principio, pensábamos dirigirnos a un público muy joven, de Generación Z, gente de 16 a 25 años, que son muchísimo más abiertos de mente y tienen todo mucho más interiorizado, empezando por romper barreras de género y estereotipos. Sin embargo, con el tiempo nos hemos dado cuenta de que nuestra clientela mayoritaria es gente de 35 a 45 años, y puede tener todo el sentido. Al ir hablando con nuestros clientes, muchos comentan que, cuando ya tienes una edad en la cual te has asentado y el desarrollo como persona te cuesta menos, dar este tipo de pasos es más sencillo, porque te sienes menos vulnerable que cuando eres más joven.

Vuestro negocio es completamente online y bajo pedido, ¿qué ventajas habéis encontrado en este modelo?
Nuestro modelo de negocio online nos a ayudado mucho en cuestiones como la inversión inicial, porque nunca estás seguro de la acogida que va a tener el producto. El modelo bajo demanda también nos permite ir confeccionando las prendas según van entrando los pedidos, además de poder jugar con el rango de tallas, por lo que optimizamos muchísimo más los recursos. Hablamos de sostenibilidad, desde el packaging hasta la producción de prendas, porque si no vendes un producto que ya tienes ya listo, malgastas muchísimo material. Nosotros lo único que almacenamos son telas y, si no las utilizamos, se les puede dar otra salida.

También este modelo nos permite entender qué va funcionando y qué no, estudiar cómo funciona la introducción de un nuevo patrón, un nuevo color… no te la juegas tanto y eres mucho más eficiente en todos los sentidos, tanto a nivel económico como sostenible, que es lo que nos interesa.

¿Qué hace falta para que cambie definitivamente la perspectiva y se normalice el uso de la falda en hombres?
Aparte de personas famosas, como Bad Bunny, BRad Pitt, Oscar Issac o Robert Pattinson, o de su llegada a las pasarelas, como comentábamos, lo que hace falta es que muchos más referentes se lancen a utilizarla, gente de a pie y con un estilo más asequible, como pasa con los influencers, que son un poco más cercanos.

Sigue habiendo todavía muchas barreras intrínsecas a la sociedad y hay que pelearlas. El prejuicio hacia lo femenino hace también que, más allá de la orientación sexual, muchos hombres no se sientan cómodos llevando esta prenda, porque creen que se pueden sentir atacados. Lo que sí vemos es que, aunque la mayoría de nuestra comunidad pertenece al colectivo LGTB, que se empiece a ver en referentes como los que mencionábamos, supuestamente heterosexuales y más ampliamente conocidos, hace que la comunidad en general crezca, se hable más abiertamente del tema y este tipo de productos estén a la vista de todo el mundo eliminando prejuicios.

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