Capgemini, en su «Informe Mundial de Pagos 2023», predice que las transacciones sin efectivo a nivel mundial llegarán a 1.3 billones de dólares al cierre de 2023, con una proyección de aceleración hasta los 2.3 billones en 2027, a un ritmo anual del 15%. Este cambio es impulsado por la expansión de la infraestructura de pagos digitales, regulaciones y banca abierta, transformando la forma en que clientes y empresas realizan transacciones.
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Hacia 2027, se espera que métodos como pagos electrónicos instantáneos, dinero electrónico, billeteras digitales, pagos entre cuentas y códigos QR representen alrededor del 30% del volumen total de transacciones, mientras que los métodos tradicionales sin efectivo, como tarjetas y transferencias de crédito, se reducirán al 70% del volumen total.
Geovanni Millán, líder del sector de banca para la región norte de América Latina en Capgemini, subraya la importancia de la regulación y la participación de las autoridades en el desarrollo del ecosistema de pagos digitales. Destaca ejemplos como FedNow en Estados Unidos y sistemas en Europa y Asia, desarrollados por las autoridades regionales. En México, destaca el papel del Banco de México en el desarrollo del Sistema de Pagos Electrónicos Interbancarios (SPEI) y Dinero Móvil (DiMo).
Millán enfatiza que el banco central debe proporcionar la tecnología base sobre la cual se construyen los sistemas de pago, como los rieles que conectan a los participantes. Además, señala que las experiencias de pago para los usuarios individuales están influyendo en las expectativas corporativas, ya que el 63% de los clientes empresariales exige a sus bancos una experiencia de pago similar a la del sector minorista.
En México, se observa una alineación con las tendencias globales, incluyendo billeteras digitales, tarjetas sin contacto y pagos de cuenta a cuenta, reflejando una evolución en las preferencias de pago de los usuarios.
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