Retail Deportivo: La revolución de Nike en los Juegos Olímpicos de Tokio

Nike

Nike quiere que sus atletas tengan la clave del éxito en sus pies durante los Juegos Olímpicos de Tokio, pero no será difícil porque sabe perfectamente que tiene en su poder las tecnologías que le han llevado a batir las mejores marcas dentro y fuera de la pista en los últimos meses. Y esas son las que pretende destacar en su nueva colección que ha lanzado antes de que la gran cita olímpica de el pistoletazo de salida el próximo 23 de julio. Con motivo de la presentación de la nueva colección Rawdacious Tokyo, hemos hablado con Rachel Bull, Directora Senior de Producto de la marca sobre ésto, pero también sobre su última versión de las Dragonfly o sobre por qué sus zapatillas siempre forman parte de la polémica.

«La innovación es realmente el ADN de Nike y es lo que realmente nos gusta hacer, en realidad. […] Muchas de nuestras tecnologías se basan en la ciencia, pero también tenemos la suerte de contar con la colaboración de algunos atletas increíbles que nos ayudan a mejorar», nos cuenta Rachel Bull a Runner’s World via Zoom. «Tenemos un equipo dentro de la innovación y el Laboratorio de Investigación Deportiva de Nike que está obsesionado con cosas que podrían salir dentro de cinco, diez años e incluso antes. Así que seguimos buscando cómo podemos mejorar, y siempre lo haremos».


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La gran baza de Nike

Sus compuestos y sus diseños son la gran baza de sus atletas para conseguir subirse a lo más alto del podio, por eso en esta nueva colección todas ellas son las protagonistas al llenarse de color. En Rawdacious “se juega como si la zapatilla fuera un papel en blanco para que así las tecnologías puedan realmente llamar la atención”. La parte superior es totalmente blanca mientras que se combina con colores fluorescentes como el rosa, naranja y carmesí en la zona de la espuma, la placa de fibra de carbono o en la suela de los clavos. Esto es otro ejemplo de cómo la marca del swoosh utiliza el color para imbuir un profundo valor cultural, psicológico y emocional en su calzado deportivo.

Y como es obvio las zapatillas que están revolucionando todas las competiciones y que, seguramente lo hagan durante los Juegos Olímpicos, han pasado por este lavado de cara. Desde las Air Zoom Alphafly Next%, que, por cierto, serán las que llevará el keniata Eliud Kipchoge, las nuevas Air Zoom Vaporfly Next% 2 pasando por las Long Jump Élite que acaban de salir y ya tienen polémica o los ‘clavos mágicos’ ZoomX Dragonfly. Estas son la gran sensación, las que se suben al podio de las competiciones de los últimos meses, y como es obvio, no hemos querido dejar pasar la oportunidad y preguntarle a Bull sobre ellas.

“Hablamos de grandes zapatillas y creo que lo son. Pero, ya sabes, son realmente los atletas los que hacen la magia y no sólo las zapatillas”, confiesa. “Y creo realmente dos cosas: la primera que sabemos a ciencia cierta que nuestra tecnología puede ayudar a aumentar la economía y la eficiencia de la carrera. Y la segunda que no solo ayuda a nuestros atletas a batir sus mejores marcas en la competición, sino también a mejorar durante los entrenamientos, porque se sienten más frescos después de cada sesión y así poder rendir mucho más”.

¿A qué se debe la última versión de las Nike ZoomX Dragonfly totalmente blancas y que enseñasteis en vuestras redes sociales?

En realidad, solo nos estamos divirtiendo, me refiero a que ya vemos como otros atletas que no son necesariamente de la Nike corren con ellas. Y eso nos hace felices porque lo que queremos es ayudarles a todos ellos a mejorar. Y también creo que para reconocer que no solo nuestros atletas corren con estas zapatillas en este momento.

¿Veremos alguna de estas zapatillas batiendo récords en los Juegos Olímpicos?

Por desgracia no tengo una bola de cristal, pero espero que sí. Ya antes ha habido algunas marcas muy rápidas. Hay muchos atletas que están en muy buena forma y donde probablemente veamos esos récords será en las distancias más cortas porque en las distancias más largas, creo que puede ser más difícil por el calor y la humedad de Tokio. Pero eso nunca se sabe.