Los verdaderos orígenes de la maratón

De acuerdo al portal de noticias nationalgeographicla.com

La maratón no nació como todos creen

  • La mayoría de la gente piensa que la mítica carrera se inspiró en Fidípides, un mensajero griego que corrió 41 kilómetros para declarar la victoria de Atenas sobre los persas. ¡Se equivocan!

Si le preguntas a la mayoría de la gente por los orígenes de la maratón, una carrera de larga distancia que recorre 42.16 kilómetros, es probable que oigas hablar de cómo Fidípides, un antiguo mensajero griego, corrió 42 kilómetros desde la ciudad de Maratón hasta Atenas para anunciar la victoria griega en una batalla decisiva contra los persas en el 490 a.C., y luego murió en el acto. Según la leyenda, los griegos honraron al heraldo añadiendo una «maratón» a los antiguos Juegos Olímpicos.


Banner_frasco-suscripcion-800x250

Pero la verdadera historia es más compleja e intrincada. En este artículo te explicamos cómo obtuvo su nombre la carrera y por qué todo lo que has oído sobre este deporte podría ser falso.

¡No te pierdas!:«Acme» sigue sumando socios

¿Orígenes antiguos?
Primero, los hechos: hubo un griego llamado Fidípides o Filípides que trabajó como mensajero durante la guerra contra los persas en el año 490 a.C. Según el historiador Heródoto, el mensajero realizó una carrera épica. Pero Filípides no anunciaba la victoria en la batalla de Maratón, sino que intentaba reunir tropas para hacer retroceder a los persas. Heródoto escribe que el mensajero recorrió la increíble distancia de 246 kilómetros entre Atenas y Esparta en 36 horas.

Funcionó y los atenienses vencieron a los persas. Pero a pesar de su increíble hazaña atlética, no consta que Feidípides diera la noticia de la victoria ni que muriera después. En cambio, las fuentes discrepan sobre si el nombre del mensajero que lo hizo era Tersippos o Eukles. En el año 347 d.C., Plutarco escribió que «la mayoría dice que fue Eukles, quien, corriendo con su armadura caliente desde la batalla… solo pudo decir «¡Sed felices! Hemos vencido’ e inmediatamente expiró».

La leyenda de Feidípides anunciando la victoria en Maratón parece haberse originado más de 1000 años después, en el siglo XIX, cuando Robert Browning escribió un poema popular en el que el mensajero corría a Atenas, declaraba «¡Alégrense, hemos vencido!» y moría.

Sin embargo, ninguno de estos hombres inspiró una carrera en los antiguos Juegos Olímpicos. Aunque esas competiciones sí incluían carreras a pie, cubrían distancias más cortas que se medían por el stadion, un incremento determinado por la longitud del estadio ateniense. La carrera más larga apenas llegaba a los 24 stadion, es decir, unos 4.5 kilómetros (aunque eso no significa que fuera fácil: los historiadores señalan que, al menos en una competición, los corredores iban ataviados con armaduras de 27 kilos).

(Relacionado: ¿Quién fue realmente Cleopatra?)

Los verdaderos orígenes de la maratón
¿Cómo adquirió la maratón su nombre y su distancia? Los corredores pueden agradecérselo al lingüista y clasicista francés Michel Bréal.

En la década de 1890, Bréal participó en el congreso fundacional del Comité Olímpico Internacional (COI), que propuso una serie de competiciones internacionales inspiradas en los juegos antiguos que rotarían entre los países cada cuatro años. Grecia llevaba años organizando sus propias Olimpiadas resucitadas, pero el COI quería formalizarlas como una competición entre naciones.

La maratón en la historia moderna
Desde entonces, las maratones no han hecho más que crecer en popularidad. El primer maratón de EE. UU. se llevó a cabo en Boston en 1897 y, aunque comenzó casi un siglo después, en 1970, el maratón de la ciudad de Nueva York es ahora el más grande de ese país.

Las mujeres, excluidas de la mayoría de las maratones hasta la década de 1970, destacan ahora en sus propias pruebas, al igual que las personas con discapacidad. Mientras tanto, las ultramaratones y otras carreras han ido ganando popularidad a medida que el deporte del atletismo avanza… y avanza… y avanza. Puede que no tenga sus raíces en la muerte de un mensajero, pero la carrera de maratón no perderá el ritmo a corto plazo.