- Bernard Arnault celebra los resultados de 2022
Según publica mx.fashionnetwork.com Confirmando los recientes rumores, declaró que Sidney Toledano, director general de Fashion Group, estaba a punto de cambiar de puesto.
«Seguiremos trabajando juntos, pero en otro puesto. No puedo decir nada más, pero próximamente haremos un anuncio. En cualquier caso, estamos enormemente agradecidos a Sidney por el formidable trabajo que ha realizado durante todos estos años al frente de nuestro Fashion Group, con muchas marcas, y en particular con Celine», explicó Arnault, suscitando un gran aplauso de los cerca de 1500 asistentes citados en el Carrousel du Louvre.
Evidentemente, la noticia desatará especulaciones sobre el posible sucesor de Toledano, siendo el favorito de la firma Michael Burke, que tras una década abandonó el cargo de director general de Louis Vuitton a principios de 2023.
Arnault también se mostró efusivo en sus elogios a Burke.
«Quiero felicitar a Michael Burke. Ha hecho un trabajo extraordinario durante los últimos 10 años. Es la persona que ha convertido Louis Vuitton en la marca número uno del lujo. Ahora la dirige Pietro, que ha desarrollado brillantemente Dior durante cinco años. Y ahora Dior está en manos de Delphine (hija de Arnault) y Charles Delapalme. Es una importantísima tarea en la que continuarán el camino emprendido por Pietro», declaró Arnault desde la tribuna.
En 2022, LVMH registró un aumento del 16 % en su beneficio neto, hasta alcanzar los 14 700 millones de euros, y un incremento del 17 % en su facturación, hasta los 79 200 millones de euros, en un año en el que el grupo, que incluye 70 marcas de lujo, ha conseguido resultados de récord. En la Bolsa de París, la cotización de LVMH creció un 23 %, frente al 5 % de media del mercado en 2022; y otro 30 % este año.
«Este año de récord es consecuencia del trabajo excepcional que han hecho los equipos de artesanos, los responsables de boutiques, los ejecutivos y los diseñadores. Queremos expresarles nuestro más sincero agradecimiento a todos ellos. El motor es nuestra capacidad de crear deseo con productos innovadores y excepcionales, resistentes y técnicamente inventivos, respetuosos con el medio ambiente… No siempre es fácil dirigir a personas muy creativas, pero tenemos la capacidad de hacerlo», argumentó Arnault.
Sin embargo, había cierto nerviosismo en la junta, y Arnault y cuatro altos ejecutivos no cesaron de destacar los éxitos de las numerosas marcas del grupo, al tiempo que se quejaban de la imagen que la opinión pública tenía de su conglomerado. La semana pasada, el grupo sufrió la invasión de su sede principal en la lujosa avenue Montaigne por decenas de manifestantes con bengalas como parte de las protestas contra la decisión del gobierno de Macron de aumentar la edad de jubilación en Francia de 62 a 64 años.
«He oído a gente decir que no pagamos impuestos. Cuando, en realidad, pagamos más impuestos que nadie», resopló ante un enorme telón de fondo con imágenes de Léa Seydoux, Beyoncé, Dom Perignon, Dior Sauvage, el reloj Carrera de Tag Heuer, los zapatos Berluti, Samaritaine y el museo Dior, la mayoría de ellas de marcas vinculadas a sus cinco hijos.
Según el folleto financiero de LVMH que se entregó en la junta general de accionistas, el grupo pagó 5400 millones de euros en todo el mundo el año pasado.
Arnault, que la semana pasada se convirtió en el hombre más rico del mundo, según capitalización bursátil, superando a Elon Musk y Jeff Bezos, también se ha convertido en el blanco de muchos manifestantes de la Francia izquierdista.
El empresario de 74 años se esforzó en subrayar que, a finales de 2022, LVMH daba trabajo a 196 000 personas en todo el mundo y contrató a 15 000 trabajadores en Francia el año pasado. LVMH quiso presentar una imagen tan positiva que incluso proyectó en una pantalla trasera dos comentarios en vídeo de economistas franceses (uno en Francia y otro en Londres) que ensalzaban las virtudes del grupo de lujo con fervor.
Sin embargo, en lo que se refiere a contratar y despedir, Arnault fue noticia el mes pasado en Francia por el aparente despido, o «salida forzada», de Nicolas Barré, redactor jefe de Les Echos, el principal diario financiero de Europa continental, que también controla. A pesar de varios intentos, a los periodistas no se les permitió hacer preguntas durante la junta general de accionistas.
«LVMH es una empresa familiar, en la que creemos que cada participante no es un empleado, sino un miembro de la familia. Con un vínculo con el grupo como el que nosotros tenemos con ellos. Tenemos sentido de la responsabilidad con el medio ambiente en los países donde trabajamos, y un compromiso de responsabilidad social», insistió Arnault, que junto con sus cinco hijos controla la mayoría de los derechos de voto de LVMH.
El hombre del lujo subrayó cuidadosamente el volumen de inversión de capital que su grupo realiza en Francia: 1000 millones de euros el año pasado, con una inversión de 30 millones en la región de Champaña para crear un nuevo centro de I+D. Sin embargo, se quejó por la negativa de los estudiantes de una importante universidad francesa de ingeniería a aceptar un centro de investigación de LVMH de 100 millones de euros.
«A los franceses les gusta ser franceses y creen que el Estado es quien debe hacerlo. Veamos cómo funciona después de 20 años», insistió.
La directora de recursos humanos, Chantal Gaemperle, y el hijo mayor, Antoine Arnault, director de imagen y medio ambiente, que ha supervisado un gran número de actividades ecopositivas de LVMH, también ocuparon un lugar destacado. En una presentación fluida, destacó los proyectos de regeneración de la biodiversidad de cinco millones de hectáreas; el apoyo a los agricultores de Chad para luchar contra la segregación; la ayuda a People for Wildlife, que abarca 40 000 hectáreas; la acción de reforestación en Brasil con la UNESCO; y el reciclaje de 180 000 metros de tela en el último año.
Gaemperle, por su lado, subrayó que LVMH había contratado a 61 000 personas el año pasado, y unos 6500 empleados se trasladaron a otras empresas del grupo.
De cara al futuro, Arnault lamentó no poder asistir al próximo desfile de Vuitton que se celebrará en Seúl el 29 de abril, ya que estará en Nueva York para inaugurar la nueva boutique Tiffany. «La inauguración de Dior en el 30 de Montaigne la ha convertido en la boutique más bonita del mundo, hasta que se inaugure Tiffany la semana que viene», señaló entre risas Arnault.
Al comentar lo más destacado de LVMH, Arnault se entusiasmó con el nombramiento de Pharrell Williams como diseñador de moda masculina en Vuitton, «eso será algo muy, muy interesante». También ensalzó la labor de Dior por «cubrir completamente» Harrods y suspiró al mencionar «los increíbles y absolutamente magníficos» desfiles de Dior en Sevilla y Bombay.
«Celine es ya la quinta marca más deseada de moda junto con LV y Dior, ¡no voy a decir el nombre de las otras dos!», dijo con cierta indignación, ganándose otra carcajada.
«Loro Piano ha obtenido grandes resultados y sus cifras son muy buenas. Por otro lado, Loewe y Jonathan Anderson están cumpliendo su potencial», señaló.
Pasando a otras divisiones del grupo, celebró que LVMH hubiera «ampliado nuestro perímetro en California» con la adquisición de Joseph Phelps Vineyards en enero de 2022, y dijo que la reciente adquisición de Minuty, el vino rosado de St Tropez, había convertido a LVMH en el mayor productor de rosado de la Provenza.
También se mostró entusiasmado con la ganancia de cuota de mercado de la cadena de belleza Sephora, especialmente en EE. UU., y su lanzamiento de líneas de productos exclusivos, como Fenty. «El negocio de belleza de Rihanna se está desarrollando increíblemente. Ha subido un 50 % y es una de las principales marcas de maquillaje en Estados Unidos y ahora en Francia».
Un comentario que generó otro murmullo de satisfacción entre los accionistas. Todos se fueron con una botella de champán de regalo y la noticia de que el dividendo de LVMH a cuenta de 2022, que se abonará la próxima semana, es de 12 euros.
