Las grandes joyas de Cartier de la familia real española

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  • Con motivo de la reinauguración de la boutique insignia de Cartier en París, la que solían frecuentar Alfonso XIII y Victoria Eugenia, repasamos las joyas más importantes de la maison que pertenecen o pertenecieron a la casa real española.

Según publica revistavanityfair.es Cartier ha reinaugurado recientemente, después de someterla a una intensa renovación, su boutique insignia en el número 13 de Rue de la Paix, la calle más cara de París, la misma en la que se instaló la maison a finales del siglo XIX después de que Alfred Cartier, hijo del fundador Louis-François, adquiriera el lustroso edificio que albergaba el hotel Westminster.

Es un enclave histórico, punto de referencia para todas las grandes figuras de la época devotas de las joyas de la casa del lujo más vinculada a la realeza europea. El rey Eduardo VII se refirió a Cartier como “la joyería de los reyes y la reina de la joyería” después de adquirir 27 tiaras para su coronación en 1902. Dos años después, el monarca británico le concedió el royal warrant a la maison, animando a las casas reales de Portugal, Rusia o España a hacer lo mismo.


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En nuestro país fue Alfonso XIII quien concedió a Cartier la orden real como proveedor oficial y quien solía acudir en persona a la sede de Rue de la Paix cuando visitaba París para hacer sus compras y encargos, como muestra la fotografía que encabeza este artículo, tomada a principios de los años 20. Fue sin embargo su padre, Alfonso XII, el primer rey español en comprar una tiara de Cartier para regalársela a su esposa María Cristina de Habsburgo-Lorena, con motivo de su boda en 1879.

Volviendo a Alfonso XIII, su mujer, la reina Victoria Eugenia de Battenberg, una de las grandes coleccionistas de joyas en Europa a principios del siglo XX, sentía asimismo una especial afinidad hacia la casa.

Precisamente fue a principios de la década de los felices 20, quizá en la misma visita en la que tanto el rey y la reina fueron retratados a la entrada del 13 rue de la Paix, cuando el monarca adquirió la famosa tiara Cartier, un diseño de la maison con motivos egipcios y cuajado de diamantes y grandes perlas, que luego Victoria Eugenia pidió modificar para sustituirlas por las esmeraldas que había recibido de su madrina, Eugenia de Montijo, esposa de Napoleón III.

La reina con la tiara Cartier en 2018
La reina, con la tiara Cartier en 2018. GTRES

Una vez en el exilio, Victoria Eugenia vendió dichas esmeraldas (las adquirió años más tarde por cierto el sha de Persia para regalárselas a Farah Diba) y repuso la mayoría de las perlas en la diadema (todas menos la central, la de mayor tamaño) antes de transmitirla a la infanta María Cristina de Borbón y Battemberg, tía de Juan Carlos I. Este la volvió a comprar luego para doña Sofía, que la lució en varias ocasiones, al igual que hizo por primera vez la reina Letizia en 2018 con motivo de la visita de Estado a España del presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa.

La reina Letizia luciendo las pulseras gemelas de Cartier en la muñeca derecha.
La reina Letizia, luciendo las pulseras gemelas de Cartier en la muñeca derecha. GTRES

La tiara no es sin embargo, ni mucho menos, la única gran joya de Cartier que poseyó Victoria Eugenia. Igual de célebre es la corona de rubíes, esmeraldas y diamantes que le regaló Alfonso XIII para su boda en 1906, que ha llegado también a nuestros días transformada. La reina, consciente de que su diseño no se adaptaba a la evolución de los peinados, pidió a la maison utilizar los diamantes para confeccionar dos pulseras iguales, conocidas hoy en día como “las gemelas de Cartier”, y que forman parte de las joyas de pasar para las reinas de España, por lo que Letizia las puede lucir con libertad y así lo ha hecho en numerosas ocasiones (la primera no se hizo esperar tanto como la tiara: en la primera ceremonia de entrega de los Premios Príncipe de Asturias que presidió su marido, Felipe VI, como rey).

Alfonso XIII y Victoria Eugenia en el día de su boda en 1906
Alfonso XIII y Victoria Eugenia, en el día de su boda en 1906Topical Press Agency/Getty Images

Victoria Eugenia también adquirió otras joyas a Cartier, como un broche con un zafiro o un collar de diamantes y esmeraldas que vendió en el exilio y que ya no están en posesión de los miembros de la familia española, al igual que ocurrió con unos pendientes de talla brillante montados en platino que compró en París en 1923. En el caso de estos últimos, como nos cuenta César Andrés Baciero en un artículo publicado en esta revista, se da la curiosa circunstancia de que los lució nada menos que la actriz Nicole Kidman durante el Festival de Cannes de 2015, después de que la propia Fundación Cartier, que los rescató para preservarlos, se los prestara.

No obstante, la devoción de los Borbones por Cartier sigue muy viva en las nuevas generaciones. Además de la reina Letizia, Felipe VI decidió vestir su muñeca (la derecha, siguiendo la costumbre de su padre) con un clásico y elegante Cartier Roadster.

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