La fascinante historia del Lady Dior, el bolso de lujo favorito de Diana de Gales

Dior

La fascinante historia del Lady Dior, el bolso de lujo favorito de Diana de Gales. Toda amante de la moda que se precie tiene en su corazón sartorial y, con un poco de suerte en su vestidor, alguno de los bolsos icónicos que han marcado un antes y un después en la historia de la moda. De Hermès (con Jane Birkin y Grace Kelly) a Gucci (con Jackie Kennedy), las grandes firmas de lujo homenajearon a sus musas poniendo su nombre a los it bags más deseados. Y entre todos estos bolsos con nombre propio, tenemos que reconocer que el Lady Dior, y su fascinante historia, es uno de nuestros favoritos.

Al igual que le ocurrió a Jane Birkin con su Hermès, el famoso bolso de Dior que homenajea a Diana de Gales llegó a la vida de la princesa por casualidad y en forma de regalo. En este caso, la maison no se inspiró en Lady Di para crearlo, pero sí que la terminó convirtiendo en la musa que le pondría nombre y que lanzó este it bag al estrellato del lujo internacional.


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A finales de agosto de 1995 Diana de Gales y Carlos de Inglaterra hicieron oficial el anuncio de su divorcio. Unos días después, en el mes de septiembre, la princesa (ostentó el título hasta su fatídica muerte en 1997) visitaba Francia para inaugurar una exposición de Paul Cézanne en el Grand Palais de París. Y la moda volvió a ser su mejor respuesta a sus escándalos matrimoniales.

En aquella visita oficial, la primera dama de Francia, Bernadette Chirac, le regaló a la princesa Diana un bolso de Dior que aún no había salido al mercado y que, por aquel entonces, se llamaba Chouchou. Nadie imaginaba lo que iba a pasar unos meses después, cuando Lady Di lo elevó al olimpo de los it bags desde las escaleras de un avión.

Si un año antes, el mismo día que se habían confirmado en prime time las infidelidades del príncipe con Camilla Parker, lady Di había respondido al escándalo con su famoso revenge dress, ahora la princesa de Gales hacía lo propio con su nuevo bolso al estrenarlo en la visita a un hospital infantil y, sobre todo, lucirlo en un viaje oficial a Argentina.

El regalo que había encargado la esposa de Jacques Chirac buscaba ser un obsequio único y exclusivo para Diana de Gales, pero en su momento nadie podía imaginar la dimensión internacional que alcanzaría. John Galliano, entonces director creativo de Dior, reeditó un bolso pequeño colgando en una de sus asas unos charms con las letras que forman el nombre de la marca. Y Lady Di se encargó, quizá sin saberlo, de convertirlo en un icono.

«Durante una visita oficial a Argentina en noviembre de 1995, la princesa apareció con el bolso cuando bajaba del avión en Buenos Aires. La escena fue inmortalizada es una foto icónica que dio la vuelta al mundo. El bolso se convirtió rápidamente en uno de los favoritos de Lady Di y lo llevaba en todas sus apariciones, hasta tal punto que pidió una versión azul marino a juego con sus ojos«, cuentan desde la maison Dior.

Atemporal pero moderno, elegante y muy fácil de combinar, la princesa Diana hizo de su bolso de Dior el mejor complemento para sus looks. Al parecer, decía que «le quedaba bien». Y la firma, por supuesto, no podía desaprovechar una oportunidad como esa. Al año siguiente, en 1996, la maison decidió comercializarlo y se convirtió en todo un éxito de ventas, así que propusieron a la princesa de Gales rebautizarle con su propio nombre.

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Diana, que entonces ya había comprobado cómo la moda se había convertido en su mejor arma para contestar con estilo a las humillaciones públicas de los Windsor, accedió encantada. El Lady Dior ya era una realidad y con ella, y con él, había nacido uno de los bolsos más icónicos de las últimas décadas.

Aunque la princesa Diana solo lo pudo disfrutar dos años (murió el 31 de agosto de 1997 en un trágico accidente en París), su estilo inconfundible impregna cada una de las reediciones del icónico bolso, que cada temporada vuelve a ser uno de los best-sellers de la maison con sus mil y una versiones en cuanto a colores, formatos y materiales, del Lady Dior All Over Stud, con sutiles tachuelas que redefinen los contornos del icónico Cannage; al Lady Dior Wicker, en tonos flúor; el Lady D-Lite, adornado con los motivos de la temporada; o el Lady D-Joy, con un espectacular bordado de lentejuelas.

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