La boutique Lola da una segunda vida a los vestidos de fiesta de marcas lujosas

  • Cada vez más consumidores prefieren las marcas que se preocupan por el medio ambiente y una de estas tendencias es la ropa de segunda mano.
  • Paulina, María, Marene y Jimena crearon la boutique de vestidos de marcas de lujo de segunda mano: Lola.
  • En palabras de las fundadoras: «Lola está reinventando un concepto creando conciencia e ilusión de forma auténtica».

Según publica businessinsider.mx La conciencia sustentable de los consumidores está presente cada vez más en la vida cotidiana y una de estas tendencias es la adquisición de prendas de segunda mano o preowned, justo como lo hace Lola.

Paulina, María, Marene y Jimena crearon la boutique de vestidos de marcas de lujo de segunda mano, con la intención de conectar con el público que busca comprar de manera más consciente.


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Lola es la tienda hermana de Lina, un espacio de vestidos de novia, que con el mismo objetivo sustentable, vende vestidos preowned o de segunda mano.

«Nos dimos cuenta que muchas de las madres, tías o familiares de las novias, buscaban una tienda con el mismo concepto, un vestido de fiesta de lujo, que fuera de una buena marca pero sin gastar mucho dinero», dijo Paulina.

Lola es la hermana menor de Lina

La aventura de Lola inició hace seis meses, cuando María y Jimena se unieron al propósito que Marene y Paulina tenían en la tienda de Lina.

Lola está pensando con la economía circular, donde las personas pueden vender los vestidos y comprarlos a un precio 50% menor que su venta original.

«Tenemos la visión y los gustos de la tienda, las cuatro nos conocemos desde hace tiempo y cada una proyectamos hacia dónde queremos ir. Todo ha sido increíble», dijo María.

Lola | Foto: Valeria Ordoñez

«Lola podría ser como la hermana de Lina, de cuatro letras, sencillo y fácil de acordarse; así nació el nombre», agregó.

La dinámica de un vestido de lujo de segunda mano

Con la experiencia en Lina, las fundadoras partieron de un mismo modelo de negocios sustentable. Los vestidos de segunda mano son de marcas como Dolce & Gabbana, Lila Masaryk, Hilda Calderón y Carolina Herrera.

«Aunque Paulina y yo (Marene) teníamos la idea de cómo podría funcionar; es un negocio diferente ser una novia a buscar algún vestido», agregó Marene.

La sinergía que crearon las cuatro fue esencial para que Lola pudiera concretarse en poco tiempo; por ejemplo, la adaptación de un espacio con estilo vintage donde las clientas buscan el vestido indicado para esa ocasión especial.

Lola | Foto: Valeria Ordoñez

«La dinámica se vuelve más sencilla en buscar un vestido para bodas que un vestido de novia», dijo Marene.

El mercado de ropa de segunda mano podría duplicarse en 2025

En 2021, el volumen del mercado de ropa de segunda mano ascendió 36,000 millones de dólares y podría duplicarse en 2025, de acuerdo con estimaciones de Statista.

Además, el consumidor de productos de segunda mano, no solo compra por la parte económica, también es un comprador consciente e informa que aboga por un consumo responsable.

Tal como lo mencionó, Jimena: «Las personas son cada vez más conscientes en las compras, por ejemplo, con el fast fashion se conoce el impacto negativo que existe al ambiente y la explotación laboral a los empleados de empresas que fomentan este tipo de ropa».

Lola | Foto: Valeria Ordoñez

«Antes ni nos preguntábamos de dónde venía la ropa, qué pasaba con ella, de dónde estuvo la prenda; pero ahorita ya hay más consciencia y en México hay más personas que aceptan y buscan el concepto», agregó.

Lola es conciencia e ilusión

Lola es una de las tiendas pioneras en vestidos de lujo de segunda mano, debido a que el mercado aún es nuevo en Ciudad de México y poco a poco más personas se acercan a ella.

«Es un buen momento para iniciar un negocio así», comentó Jimena.

Próximamente, Lola tendrá su sitio en línea, donde los consumidores podrán comprar y darle una segunda vida estos vestidos.

En palabras de las fundadoras: «Lola está reinventando un concepto creando conciencia e ilusión de forma auténtica».

«Nuestro valor principal es ser conscientes de dónde viene lo que compramos, porque muchas veces no sabes si hubo trabajadores explotados o qué pasó. Lina y Lola es la conciencia que hay detrás de lo que compras», finalizó Paulina.

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