Hermès presenta muchas tonalidades de minerales y muchos shorts

Hermès

Según publica pe.fashionnetwork.com En una temporada en la que todo gira en torno al lujo discreto, fue instructivo asistir a un desfile de Hermès, para presenciar la última expresión estética de la marca más discreta de todas.

La respuesta de su diseñadora de menswear, Véronique Nichanian, en esta colección primavera-verano 2024, a la obsesión actual por la discreción prestigiosa, fue silenciar aún más el ambiente.


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Toda su paleta de colores estaba compuesta por múltiples minerales: piedra, granito e incluso una pizca de malaquita clara. El telón de fondo del desfile fue un muro de acero pálido dentro del Palais Jena, el monumental edificio de Auguste Perret que combina el art déco y el racionalismo de los años 30.

Su gran idea para esta temporada fue la transparencia: en blazers de tejido técnico color crisoberilo, chaquetas de doble botonadura de seda plateada o chaquetas de nylon en tonos piedra lunar. Todas ellas totalmente deconstruidas y en gran medida transparentes, incluso una versión en seersucker técnico. Todas ellas se llevaban sobre suaves camisetas de tonos minerales y tops con cuellos entallados y de marinero.

Todos quedaban muy bien. Fue un logro notable de Nichanian conseguir que algunos de los hombres más ricos del mundo abrazaran con gusto un material históricamente común como el nylon.

Aunque el sol lucía radiante el sábado en París, Nichanian presentó media docena de prendas para la lluvia, entre las que destacaban varias parkas iridiscentes de color rosa manganeso.

A pesar de crear para una marca conocida por su obsesión por el diseño discreto, Nichanian no es conservadora en lo que a códigos se refiere. Comenzó con tops y camisas de malla ancha, jugando con el decorado. Ua modelo llevaba una bolsa de malla abierta, para que se vieran la camisa de seda y la toalla que había en su interior.

Hubo un ligero toque de militarismo de moda con parkas tecnológicas, acabadas al estilo jinete de campo con bolsillos diagonales.

«Hemos visto transparencia, ligereza, pleno verano y superposición de volúmenes y materiales. El deseo de una brisa refrescante y una paleta suave que combine con los materiales ligeros. Quería que parecieran casi de tiza», comentó la diminuta diseñadora.

Además de los pantalones cortados por el tobillo, mostró unos minishorts que dejaban ver acres de muslo. «Sí, muy cortos, porque los chicos también tienen unas piernas estupendas. Pero aún tengo que abrirme a las faldas para chicos», detalló.

Dice mucho del deseo de lujo discreto que las estrellas del baloncesto estadounidense hayan empezado a dejarse ver por Hermès, donde se sentaron junto al actor Sam Worthington. Su papel más elegante fue el de Perseo en Furia de Titanes, donde montaba al semental alado Pegaso. Lo que le convierte en un incondicional de Hermès, cabría pensar.

La colección también supuso el regreso de los estampados clásicos de Hermès al menswear de Véronique tras un largo paréntesis. Los grandes bolsos con imágenes de sillas de montar, cosechas y cascos de equitación serán un éxito comercial seguro. Todo con accesorios plateados, nunca dorados, respetando la paleta de colores.

En resumen, una declaración muy pura de lujo discreto, aunque limitado por esa misma discreción y, por tanto, carente de verdadero dramatismo. Una excelente colección, pero un desfile ligeramente somnoliento.

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