Mercedes-AMG GLC 43 y 63: las versiones más potentes del GLC. Mercedes pone a la venta las versiones más potentes del GLC, su SUV intermedio. Se trata de dos motorizaciones gasolina 2.0T: el Mercedes-AMG GLC 43 con hibridación ligera y 421 CV; y el Mercedes-AMG GLC 63 AMG S E Performance, un híbrido enchufable con una potencia total de 680 CV.
A finales de 2022, Mercedes puso a la venta la segunda generación del Mercedes GLC, su SUV intermedio de 4,71 m de largo que, como curiosidad, es el modelo más vendido de su gama a nivel mundial (en España, su modelo más vendido es el GLA).
Una de las razones de su éxito comercial es su amplia gama de motores, ya que este Mercedes GLC está a la venta con hasta siete motorizaciones, que se dividen entre las variantes microhibridadas y las mécanicas híbridas enchufables.
Las primeras son dos gasolina de 204 y 258 CV, denominados 200 y 300; y otros dos diésel de 197 y 269 CV, conocidas comercialmente como 220 d y 300 d); y las segundas, que cuentan con la etiqueta Cero, son las gasolina 300 e y 400 e, con 313 y 381 CV respectivamente; y la 300 de, un híbrido enchufable diésel que desarrolla 333 CV. Además, hay que señalar que todos los GLC llevan de serie tracción total 4Matic y cambio automático de nueve velocidades.
Dos nuevas versiones Mercedes-AMG GLC… y las primeras con turbo eléctrico
Ahora, Mercedes amplia la gama del GLC con dos nuevas versiones AMG, las más potentes y deportivas de su gama: se trata del Mercedes-AMG 43 4 Matic y del Mercedes-AMG 63 S E Performance.
Ambas versiones comparten como base un nuevo y mismo motor gasolina 2.0T AMG conocido internamente como M139l que, como principal novedad, es el primer propulsor fabricado en serie con un turbo eléctrico; esto es, un turbocompresor que incorpora un pequeño motor eléctrico integrado directamente en el eje del turbocompresor. Controlado electrónicamente, este motor acelera la rueda del compresor antes de que el flujo de gases de escape lo haga… de forma tradicional.
En Autofacil ya hemos probado el Mercedes GLC 220 d, lee aquí su prueba
La presencia de este turbo eléctrico mejora significativamente la respuesta del motor desde el ralentí y en toda la gama de revoluciones, además de permitir un mayor par motor a bajo régimen. No es para menos, ya que, este turbo eléctrico está alimentado por el sistema eléctrico de 48 voltios y gira hasta a 175.000 rpm, generando un caudal de aire muy notorio.
Así las cosas, en el GLC 43 4Matic, el motor 2.0T AMG de ofrece 421 CV a 6.750 rpm y 500 Nm de par a 5.000 revoluciones pero, además, cuenta con 14 CV extras disponibles en la gama baja de revoluciones provenientes de un pequeño motor eléctrico. En cuanto a sus prestaciones, este 42 AMG alcanza una velocidad máxima autolimitada de 250 km/h y acelera de 0 a 100 km/h en 4,8 segundos. ¿Su consumo medio? En función del equipamiento y peso del vehículo, a partir de 9,8 L/100 km.
Además, este Mercedes-AMG GLC 43 4Matic equipa un cambio automático de convertidor de par y nueve velocidades, así como tracción total permanente con distribución de par inteligente y suspensión adaptativa AMG RIDE CONTROL.
Por su parte, el Mercedes-AMG GLC 63, que cuenta con un turbo eléctrico de mayor tamaño, ofrece 476 CV a 6.725 rpm provenientes de su motor térmico, que se unen a un par máximo de 545 Nm entre 5.250 y 5.500 rpm. Además, en esta versión, el motor térmico se combina con otro eléctrico, de 204 CV y situado en el eje trasero y una batería de 4,8 kWh netos para alcanzar una potencia máxima conjunta de 680 CV y un par combinado de hasta 1.020 Nm.
Unas cifras que permiten al GLC más potente de la gama alcanzar los 275 km limitados electrónicamente y acelerar de 0 a 100 km/h en tan sólo 3,5 segundos; todo ello con un consumo medio de 7,5 L/100 km.
Al igual que el Mercedes-AMG GLC 43 4Matic, el 63 S E Performance cuenta con cambio automático de 9 velocidades y tracción total AMG Performance 4MATIC+ , a la que suma de serie la dirección activa en las ruedas traseras y, además, y de cara a mejorar el comportamiento, suspensión adaptativa con barras estabilizadoras activas.
También existen diferencias entre ambas versiones en el apartado de frenos. Si el GLC 43 equipa discos ventilados y perforados de 370 mm con pinzas fijas de cuatro pistones en el eje delantero y discos de 360 mm y pinzas sencillas flotantes en el trasero; el GLC 63 presenta discos ventilados y perforados de 390 mm de diámetro y pinzas fijas de seis pistones en su eje anterior; mientras que, en el eje trasero, presenta discos ventilados y perforados de 370 mm con pinzas flotantes.
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Los Mercedes-AMG GLC 43 y 63: detalles específicos
Las versiones más deportivas de la gama GLC se distinguen por la presencia de detalles deportivos AMG, tanto en el exterior como en el interior.
En el apartado exterior destaca una parrilla del radiador específica AMG, junto a la presencia de unos paragolpes delanteros y traseros (ese último, en el AMG 43, con dos salidas dobles de escape de forma circular; en el AMG 63, de forma trapezoidal) asimismo específicos de estas versiones, que incluye tomas de aire deportivas y un embellecedor cromado. Asimismo, los GLC AMG cuentan con taloneras laterales específicas.
En el interior, ambos modelos equipan asientos AMG tapizados en símil de cuero y tapicería específica, así como un volante AMG achatado en su zona inferior y con levas de cambio en aluminio. El acabado de estos dos modelos se completa con la presencia de pedales deportivos, alfombrillas específicas e incluso pasos de puerta que se iluminan mostrando la inscripción AMG.
Tal es el espíritu dinámico de estas versiones que Mercedes ha incluido de serie en el GLC 63 el sistema de registro de datos en circuito AMG Track Pace (que es opcional para el GLC 43) y que registra hasta 80 parámetros específicos hasta diez veces por segundo, ofreciendo asimismo los tiempos por vuelta y por sector, además de otras herramientas de análisis.
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