Mazda MX-5 RF: Sorpresa con esta versión

Mazda MX-5 RF

El Mazda MX-5 es uno de los modelos que todo buen aficionado al sector del automóvil sabe valorar. Cierto, no es el más práctico, ni el más cómodo, ni el más habitable pero es que a él no se le pueden pedir ninguna de esas, u otras, cualidades. La razón de ello es muy sencilla: es el cabrio (roadster – targa en la versión RF) más vendido en el mundo. De hecho, su historia se extiende ya a lo largo de cuatro entregas pero esta última, la generación conocida como «ND», es muy especial…

¿Sabes por qué? Es el último térmico ICE ya que en el nuevo Mazda introducirá algún tipo de electrificación en sus motores. Por ahora no se sabe cómo será pero mientras llega y no al actual aún le queda un tiempo a la venta. Así es que por esta y otras razones hemos decidido volver a subirnos al Miata. Porque disfrutar de su set up y maravilloso motor 2.0 Skyactiv-G de 184 CV es una delicia…


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Desde el MX-5 NA la estética ha jugado un papel fundamental. Con los años la evolución es notable y más en esta versión RF de techo duro retráctil y «filosofía targa» de la generación ND. Estamos hablando de un modelo de 2015 que enarbola la filosofía de diseño Kodo que tantas alegrías ha dado a la casa. Así, luce un frontal afilado que está acompañado por unas ópticas Smart Full LED adaptativas que iluminan realmente bien de noche.

La línea del capó abre paso a unos pasos de rueda musculosos que dan potencia al lateral. Es aquí donde vemos que la versión RF se distancia de su hermano roadster de techo de lona ST. El punto discordante son las «jorobas» en las que se apoya el techo duro de metal cuando va cerrado. Además sirven como arcos protectores que, dicho en este caso, también sirven de cortavientos cuando se circula sin techo. Amén de su atractiva cadera y pilar B.

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Si vamos a la zaga hay un detalle que nos gustaría que Mazda «quitara». La antena no va con un modelo de líneas tan estudiadas por lo que quizá podría reemplazarse por otra de tipo aleta de tiburón. Las ópticas y la tapa del maletero se mantienen inalteradas como también el diseño del paragolpes que en esta ocasión es más deportivo. Sin embargo, la versión Homura luce llantas BBS de 17 pulgadas que dejan ver unas pinzas de freno Brembo rojas.

Su habitáculo es angosto y no tiene muchos huecos para dejar tus cosas pero la ergonomía es de 10…

Al igual que el diseño exterior del Mazda MX-5 el interior ha sufrido pocos cambios en estos años. De puertas adentro estamos ante un estricto biplaza que da el espacio justo para sus ocupantes. De hecho carece de guantera y los únicos huecos hábiles son tres: la mini guantera de tapa que va tras los asientos, el hueco bajo el reposabrazos y la bandeja del salpicadero. Aquí cabe el móvil que se conecta de forma rápida e inalámbrica con Apple CarPlay.

A pesar de que el espacio habitable es justo y la entrada y salida es complicada incluso para personas bajas, la ergonomía del puesto de conducción es simplemente perfecta. El volante y sus controles son ideales pero no solo eso, la altura de la pantalla (táctil en parado y no en marcha) o ubicación de la palanca de cambios y freno de mano es fantástica. En cuanto a la climatización se gestiona con tres mandos circulares de buen tamaño, tacto y precisión.

Hay quien criticaría su pantalla central táctil de 7 pulgadas o un diseño general sencillo pero estamos ante un roadster biplaza pensado para conducir, no para «fardar» de tecnología…

Tampoco podemos obviar los excelentes asientos deportivos Recaro con altavoces en los reposacabezas. Estos se afanan en recoger el cuerpo a la perfección aunque la integración del cinturón en el del conductor a veces dificulta su acceso. Por otra parte la instrumentación es de fácil lectura y ofrece todos los datos. En cuanto a calidad de sus materiales y ajustes, a pesar de sus años, es bueno aunque eso sí los que están alejados de la mano son más sencillos.

Pero lo mejor de todo es su motor 2.0 SKYACTIV-G de 184 CV y su puesta a punto tan dinámica…

La técnica del MX-5 no ha cambiado desde que vio la luz allá por 2015. Eso sí, el set up de su chasis sí que mejora en esta versión 2.0 Skyactiv-G de 184 CV y acabado Homura. Entre las novedades (en opción) que recibe tenemos las suspensiones Bilstein o la barra antitorsión. En conjunto le permiten girar más plano y asentado en la vía sin que por ello sea más incómodo. No obstante, estamos ante un modelo que podría calificarse como un kart…

Donde destaca el MX-5 es por tacto del cambio con recorridos cortos, de tacto duro y guiado sencillo. La dirección es otro de sus puntos fuertes ya que transmite mucha información (aunque pierda algo de peso al salir de las curvas) guiando al coche donde quieren tus ojos. Todo ello condimentado con la posición de los pedales, que es perfecta y que permite hacer un punta tacón de forma sencilla. Pero la joya de la corona es su motor gasolina…

El bloque 2.0 Skyactiv-G de 184 CV sorprende por su elasticidad y contundencia. No es el más vivo en la zona baja del cuentavueltas pero su rango de uso, sin mucha dilación, va desde algo menos de las 2.000 rpm hasta llegar a las 7.000 o 7.500 rpm sin perder fuelle. A ello ayuda un excelente cambio manual que, dicho sea de paso, da juego con el consumo. En efecto, a lo largo de los más de 1.000 kilómetros recorridos se ha quedado en los 6,9 litros.

¿Es molesto el Mazda MX-5 con y sin techo?

Pues aunque cuesta creerlo la dinámica del MX-5 con y sin techo es prácticamente la misma. La plataforma de este cabrio es rígida gracias a que cuenta con una viga central que minimiza la flexión y torsión de la carrocería. Esto ayuda a que la carrocería no se arquee cuando se va sin techo y se pisa por zona de baches o vías rotas. No obstante, la circulación con o sin techo varía no tanto por dinámica sino por el aislamiento interior.

Con el techo puesto el ajuste del MX-5 no es todo lo bueno que nos gustaría. A ritmo legal por autopista ya se oye demasiado del exterior sobre todo ruido de rodadura y aerodinámico. El sonido del motor y del escape es una delicia pero con esa banda sonora se diluye y pierde protagonismo. En caso de lluvia la estanqueidad es buena a la altura del techo pero en las ventanillas siempre queda algo de holgura.

La apertura y cierre del techo practicable del MX-5 es muy cómodo. Con el vehículo en parado y pisando el pedal del freno basta con accionar el selector que está frente a la palanca de cambios en el salpicadero para que el sistema lo haga todo. Tarda unos 20 segundos y no hay que soltar ni cerrar ningún pestillo. Cuando acaba avisa con un pitido y un mensaje en el cuadro de instrumentos.

Sin el techo el MX-5 se vuelve algo incómodo a partir de los 120 kilómetros por hora. A pesar de contar con el deflector paravientos entre los asientos las turbulencias que se dan en él impiden mantener una conversación normal con el pasajero. Es en carreteras convencionales y ciudad donde más se disfruta pues a «velocidad normal» su aislamiento es bueno. Ah, un 10 para el sonido del motor y el escape con una banda sonora inigualable…

Conclusiones

¿Son los cabrio vehículos destinados sólo al verano? ¿Están en peligro de extinción? La respuesta para ambas preguntas es un NO rotundo. Un cabrio puede usarse en cualquier época del año pese a que en invierno ir sin el techo «da miedo» por el frío, aunque con los sistemas de climatización de hoy día es más fácil. Respecto a su extinción no todo el mundo piensa igual pues estamos ante modelos de nicho y capricho con potencial si se enfocan bien…

Con todo, el Mazda MX-5 es un mito que se ha ganado su estatus a pulso. Su diseño es una obra de arte, su interior, a pesar de ser pequeño, tiene una ergonomía de 10 y una calidad de acabados muy buena. Por otra parte su dinámica y puesta a punto del chasis es casi perfecta y, además, el motor 2.0 Skyactiv-G de 184 CV no solo le deja correr sino también ser frugal si se le sabe llevar. Amén de una transmisión con un tacto simplemente delicioso.

Críticas las hay aunque depende de quién lo pruebe y si le gustan, o no, estos vehículos. No tiene mucho maletero, pues los 131 litros que ofrece son minúsculos para un uso razonable. Tampoco es cómodo para acceder y salir de él y para los más «techies» su sistema infotainment es veterano y el mando que lo gobierna no está muy bien situado. Pero con todo, a quién le pueden importar estos «fallos» cuando de lo que se trata es de conducir y disfrutar de él.

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