Ferrari se prepara para su electrificación

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Ferrari se prepara para su electrificación. Es demoledor, pero, como el resto de marcas automovilísticas, la firma italiana no podrá vender coches de gasolina a partir de 2035 en Europa.

Tras la llegada de los primeros coches híbridos, aunque con un claro enfoque en el rendimiento, entre ellos el SF90 Stradale o el 296 GTB, la marca se prepara para lanzar su primer eléctrico en 2025 y para ello ha comprado más espacio cerca de su planta de Maranello para construir una línea de producción para coches híbridos y eléctricos.


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Ferrari se prepara para su electrificación

La semana que viene, Ferrari detallará su estrategia de electrificación en la presentación de su nueva estrategia para los próximos cuatro años, que de momento pasa por las informaciones de la llegada de nuevos híbridos, como su primer SUV, el Purosangue, y su primer eléctrico en 2025. El jueves 16 de junio, Benedetto Vigna, su consejero delegado, confirmará estos planes y desvelará más detalles sobre los próximos pasos de Ferrari en su electrificación.

Según han adelantado fuentes no identificadas a la agencia Bloomberg, la adquisición de estos terrenos junto a Maranello forma parte de esta estrategia y la línea que se levantará en ese espacio, la tercera, se dedicará para el ensamblaje de los futuros coches eléctricos e híbridos de la marca. Además de la línea de producción, se construirá un centro de Investigación y Desarrollo de baterías.

Más incógnitas que certezas

Ferrari es actualmente la marca más deseada del mundo, pero sin duda será una de las que más sufra la electrificación. Más que nada porque la esencia de Ferrari radica, más que en ninguna otra marca, en el motor de combustión. Todos recordamos las palabras de Enzo Ferrari cuando dijo “cuando usted compra un Ferrari, está pagando por el motor.

El resto se lo regalo”. Esta es solo una muestra de lo que pensaba Il Commendatore. “La aerodinámica es para fracasados que no saben hacer motores”, dijo también. Los coches eléctricos serían, sin duda su peor pesadilla, coches en el que el motor no tiene apenas importancia y en los que la aerodinámica juega un papel esencial.

No sabemos tampoco si Enzo Ferrari, amante empedernido de la automoción y la gasolina, aprobaría que Benedetto Vigna, un perfil marcadamente tecnológico, procedente de STMicroelectrics y sin experiencia previa en el automóvil, sea el líder de la marca que fundó. Desde su llegada, Vigna ha llevado a cabo una importante reorganización de la estructura directiva de la marca, trayendo consigo a excompañeros de STMicroelectrics, y se ha asociado con compañías como Qualcomm para mejorar en los sistemas tecnológicos de sus coches.

Independientemente de que le gustase a Enzo o no, parece que Vigna es el más indicado para electrificar la marca, un perfil que podrá separar la parte emocional de la racional y la práctica. Sin embargo, los inversores tienen muchas dudas sobre este proceso de transformación de Ferrari. Ya en junio de 2021, Goldman Sachs aconsejaba vender las acciones de la marca ante los costes que tendrá que afrontar la misma para desarrollar sus primeros eléctricos. “Aunque podríamos considerar positivo a largo plazo cualquier esfuerzo de Ferrari para desarrollar nuevas tecnologías, para los inversores hoy esta transición genera incertidumbre acerca de los requerimientos de gasto de capital y sus implicaciones en los beneficios y el flujo de caja”, firmaron entonces varios analistas del conocido banco norteamericano.

No se cumplirá el objetivo para 2022

Las dudas no se han desvanecido en 365 días y conforme se acerca la llegada de su ofensiva eléctrica, ni siquiera los resultados económicos, envidiables en cuanto a márgenes de beneficios, facturación y beneficios, han conseguido que los inversores apuesten por Ferrari y ya se ha dejado más de un 22% en la bolsa de Milán en los últimos meses. “La duda está en su estrategia de electrificación y cómo podrá adaptar su tecnología a un mundo cambiante, así en cómo evoluciona su estrategia de perseguir el valor al volumen”, dicen desde Luxury Brand Equity Fund a Bloomberg.

Parece que, Covid mediante, Ferrari no alcanzará su objetivo de doblar su beneficio para este año con respecto a 2018 tras poner en marcha un plan que se centraba en la creación de más margen por unidad gracias a ediciones especiales y coches más caros. El objetivo eran 2.000 millones de euros y el resultado de 2021 fueron apenas 963 millones de euros. No conseguirlo supone un mazazo que afecta a la confianza de los inversores y pone en una situación delicada a una marca que se enfrentará, en los próximos años, a una transformación de la que depende su futuro.

Fuente: neomotor.sport.es

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