Crítica: Chevrolet Montana 1.2T Premier Automática

Crítica: Chevrolet Montana 1.2T Premier Automática. No es para trabajo ni off-road. Chevrolet hizo una pick-up para el uso urbano y familiar. Opina Carlos Cristófalo.

En la Argentina ocurre algo curioso con el segmento de las pick-ups. Cada vez que el mercado parece saturarse por una oferta con gran variedad de modelos surgen nuevos nichos y subsegmentos, que hasta entonces no habíamos imaginado. La Chevrolet Montana no es un nombre nuevo entre las pick-ups.


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Las dos primeras generaciones fueron chatitas chicas, pero sólo para dos pasajeros: estaban basadas en los modelos Corsa II (Montana I, 2003-2011) y Agile (Montana II, 2010-2021).

Esas dos Montana fueron pick-ups pequeñas, pensadas para la carga y el trabajo urbanos. Esta tercera generación de la Montana, que se acaba de lanzar a la venta en la Argentina, está basada en la Chevrolet Tracker y tiene un planteo muy diferente. Y es de esas pick-ups que proponen explorar nuevos nichos del segmento.

Probamos durante una semana la versión 1.2T Premier Automática, que tiene un precio de lista de 14.3 millones de pesos. La crítica completa se reproduce a continuación.

POR FUERA

Por primera vez en su historia, la Montana ahora tiene cuatro puertas y está homologada para cinco pasajeros. Es la ventaja de ser «la pick-up de la Tracker«. Comparte plataforma y numerosos componentes con la SUV fabricada en Santa Fe, pero la Montana llega importada de Brasil (donde también se produce la Tracker).

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Sin embargo, el diseño es muy diferente. Tan diferente que resulta demasiado parecido a una de sus rivales: la Fiat Toro, en especial por la trompa con las ópticas separadas en dos niveles (con los faros principales bien finitos y el conjunto auxiliar abajo, más grande y cuadrado).

El perfil tiene una personalidad propia más marcada, con rasgos bien angulosos, mientras que la parte trasera vuelve a recordar a la Toro: si bien el portón de carga de la Montana es de apertura convencional (y no del tipo «armario», como en la Fiat), el volumen trasero es bien grande y voluminoso. El objetivo en las dos es el mismo: lograr una mayor capacidad de carga.

La caja de la Montana tiene una capacidad de 585 kilos y un volumen de 874 litros. Tiene buena cantidad de anclajes e iluminación interior. Las dos versiones que llegan a la Argentina (LTZ y Premier) vienen de serie con una lona marítima que es excelente: es la única del mercado donde realmente no se producen filtraciones de agua ni de polvo. El secreto está en los pliegues que abrazan los bordes de la caja y son bien herméticos. Todas las pick-ups del mercado (chicas, medianas y grandes) deberían copiar esta solución.

En el catálogo de accesorios es posible encargar los separadores Multi-Board: se pagan aparte, pero algunos de ellos estaban incorporados en esta unidad de pruebas. Permiten compartimentar la carga para transportar objetos grandes, medianos y pequeños, sin que se mezclen, revuelvan ni golpeen en el camino. Las posibilidades de configuración del Multi-Board son infinitas y al principio te puede marear: el sistema de encastres es ingenioso y está bien indicado en el manual de usuario, pero requiere práctica y atención hasta agarrarle la mano.

La Premier viene de serie con la barra sobre la caja de carga (es opcional en la LTZ) y también se distingue por las llantas de 17 pulgadas pintadas de negro (normales en la LTZ). Calza Michelin Primacy4 215/55R17, que son de asfalto. Otros accesorios opcionales que equipaba esta unidad de pruebas son los estribos (no los recomiendo, porque la Montana no es tan alta, los estribos acumulan suciedad y perjudican el despeje del suelo) y los difusores en las ventanillas (también olvidables, con sus reminiscencias de tachero fumador y bastante zumbadores en ruta).

¿Contra quién compite la Chevrolet Montana en nuestro mercado? Por empezar, con todas las pick-ups de estructura monocasco: Fiat StradaFiat ToroFord MaverickRenault OrochVolkswagen Saveiro y la inminente Ram Rampage. Sin embargo, por potencia y posicionamiento en precio se enfrenta de manera más directa contra las versiones tope de gama de la Strada y las variantes con tracción simples de las Oroch, Toro y Maverick (recordemos que no existe una Montana 4WD).

POR DENTRO

La cabina tiene dimensiones muy parecidas a la Tracker, aunque perdió algo de espacio en las plazas traseras. Con el fin de ofrecer una caja de carga lo más grande posible, se sacrificó lugar para las piernas de los ocupantes posteriores. En el asiento trasero hay cinturones y apoyacabezas para tres personas, pero no cabrán las piernas de todos ellos. En términos de espacio interior, la Montana está un escalón por encima de la Strada, pero por debajo de las Oroch, Toro y Maverick.

Con respecto a la Tracker también se modificó la plancha de instrumentos, con un tablero de nuevo diseño y una pantalla multimedia más moderna. Viene de serie con cuatro puertos de USB, pero los dos delanteros dejaron de funcionar durante la prueba. Al menos tiene cargador inalámbrico, que sí funcionó muy bien.

La posición de manejo es igual a la Tracker: cómoda y elevada, con ajustes manuales del volante y el asiento (en altura y profundidad). La visibilidad es buena, aunque los difusores opcionales de las ventanillas complicaban la visión lateral: a pesar de ser levemente traslúcidos aumentan el grosor del ángulo ciego, generado por los parantes del parabrisas (Pilares A). Otra vez, no se recomienda este opcional.

La calidad de terminación es correcta para este segmento, al mismo nivel de la Tracker. Más arriba ya hablamos de la caja de carga. Sólo faltó decir que la rueda de auxilio es del mismo tamaño de las titulares: está ubicada bajo la caja y tiene llanta de chapa. Es algo que la Fiat Toro debería imitar, para eliminar de una vez su lamentable auxilio temporario.

SEGURIDAD

El equipamiento de seguridad es correcto: seis airbags, frenos ABS con EBD (los traseros son sólo de tambor), control de estabilidad, control de tracción, asistencia al arranque en pendiente y monitoreo de presión de neumáticos. Sin embargo, acá es donde se nota la diferencia con la Tracker, que en sus versiones LTZ y Premier tiene varias asistencias a la conducción (ADAS), como alerta de riesgo de colisión y frenado autónomo de emergencia. En la Montana, la única asistencia disponible es el alerta de punto ciego y sólo está disponible en la versión Premier.

Lo que sí hay que destacar es que viene con el sistema OnStar de serie. El servicio de asistencia al usuario es algo que Chevrolet ofrece en todos sus modelos desde hace años y que recién ahora otras marcas están comenzando a implementar, como hizo la nueva Ford Ranger.

No hay resultados de pruebas de choque de organismos independientes. LatinNCAP evaluó en su momento la Tracker y emitió un alerta por posible riesgo de incendio para un lote de unidades, que ya fueron reparadas (ver nota). Sería interesante saber si esos defectos que también fueron corregidos en su hermana pick-up.

MOTOR y TRANSMISIÓN

La Montana se ofrece en la Argentina con dos niveles de equipamiento (LTZ y Premier), pero con sólo una combinación mecánica. Es el conocido conjunto de la Tracker: motor 1.2 turbonaftero de tres cilindros (132 cv y 190 Nm), combinado sólo con caja automática de seis velocidades y tracción delantera.

Tal como ocurre con la Tracker, la ausencia de una opción de tracción integral limita a la Montana frente a la competencia (por más que la demanda de 4WD en estos segmentos resulte siempre minoritaria). Algo parecido ocurre con el motor: con casi el mismo precio de lista de la Montana Premier, Ford ofrece la Maverik XLT con 253 cv y 380 Nm. Si bien los sobreprecios y la disponibilidad de stock no son parecidos, la Montana siempre quedará en los papeles como la «menos potente» entre las pick-ups monocasco.

COMPORTAMIENTO

A pesar de estar entre las «menos potentes», el 1.2 Turbo mueve con agilidad a la Montana en el tránsito urbano. Es un impulsor que empuja bien desde abajo y que cuenta con la ayuda de una caja automática con las dos primeras marchas bien cortas. A pesar de su tamaño de pick-up, resulta práctica y cómoda a la hora de maniobrar (aunque las playas de estacionamiento te van a cobrar lo mismo que a una Hilux). El consumo en ciudad es de 11 litros cada 100 kilómetros.

En ruta también se mueve sin problemas, aunque es muy sensible al peso que carga. Ahí es donde el 1.2 Turbo muestra sus limitaciones. Con carga plena en caja y habitáculo, es un vehículo para manejar con paciencia. Cuando está vacía acelera de 0 a 100 km/h en 11 segundos. Su velocidad máxima es de 175 km/h. La recuperación de 80 a 120 km/h la hace en 9 segundos. El consumo en ruta es de 6.5 litros cada 100 kilómetros (a 120 km/h en sexta y con el motor trabajando a 2.500 rpm).

El comportamiento dinámico es muy parecido a la Tracker, con el agregado de un voladizo trasero que vuelve un poco más «alegre» al tren posterior. No es nada preocupante y el control de estabilidad interviene en el acto, pero se nota mucho cuando se viaja con carga pesada. Ahí es donde tal vez se agradecerían también unos frenos traseros de disco, en lugar de tambor.

La llevamos afuera del asfalto, aunque sin exigirla. Es tracción delantera, el despeje del suelo está limitado por los estribos y los neumáticos son de asfalto. Sin embargo, las limitaciones en off-road no vienen por el lado de la tracción, sino por la robustez general del conjunto: cuando viajás rápido en caminos desparejos de tierra, el tren delantero transmite vibraciones y te lo deja en claro: ese no es su terreno favorito.

La Montana es una buena pick-up chica para uso tranquilo en ruta y con muy buen desempeño en ciudad. No hay que pedirle que sea lo que no pretende ser.

CONCLUSIÓN

Con la MontanaChevrolet no buscó hacer la mejor pick-up del mercado ni la más versátil. Apuntó con claridad a un nicho bien definido: las familias que buscan una camioneta urbana, con mayor capacidad de carga que un auto, pero sin grandes pretensiones de viajes a altas velocidades ni aventuras off-road. Quien busque algo más completo dentro de la gama de Chevrolet puede optar por la clásica S10 y tal vez en algún momento se concrete la llegada de la esperada Silverado.

La Montana no se destaca por su gran espacio interior, aunque sí sobresale por el diseño ingenioso de su caja de carga, con muchos accesorios que la complementan y una estanqueidad sobresaliente: es el ejemplo a seguir en aislación. Además, su mecánica es eficiente y ágil en el uso urbano.

Cade vez más, las principales firmas del mercado argentino de autos están diversificando y ampliando su oferta de pick-ups. Chevrolet no quiso quedarse atrás de esta tendencia y la Montana complementa bien su gama. Al venir importada de Brasil, la única limitación serán la disponibilidad de stock, el nuevo Impuesto P.A.I.S. y los sobreprecios. Muchos de esos problemas podrían resolverse si, al igual que la Tracker, Chevrolet decidiera producir en algún momento la Montana en la Argentina. Sería una buena noticia para el consumidor y para la Planta de Santa Fe.

Chevrolet Montana

  •  FECHA DE LANZAMIENTO Julio de 2023
  •  PRECIO DE ENTRADA A GAMA 13.329.900 pesos
  •  PRECIO DE LA UNIDAD PROBADA 14.308.900 pesos
  •  CANTIDAD DE ASIENTOS Cinco
  •  MOTOR DE COMBUSTIÓN INTERNA Naftero, delantero longitudinal, tres cilindros en línea, cuatro válvulas por cilindro, 1.200 centímetros cúbicos, turbocompresor.
  •  POTENCIA 132 cv a 5.500 rpm
  •  TORQUE MÁXIMO1 90 Nm entre 2.000 y 4.500 rpm
  •  CAJA DE CAMBIOS Automática, de seis velocidades y con convertidor de par.
  •  TRACCIÓN Delantera, con control electrónico.
  •  FRENOS Discos ventilados adelante, de tambor atrás.
  •  LONGITUD 4.717 mm
  •  ANCHURA 1.798 mm
  •  ALTURA 1.659 mm
  •  DESPEJE DEL SUELO 200 mm
  •  CARGA ÚTIL 585 kg
  •  VOLUMEN DEL BAÚL 874 litros
  •  PESO EN VACÍO 1.500 kilos
  •  VELOCIDAD MÁXIMA 175 km/h
  •  ACELERACIÓN DE 0 A 100 KM/H11 segundos
  •  CONSUMO 8.3 l/100km

Puedes leer la nota de la fuente aquí 

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