25 años de la generación 996 del Porsche 911

Hace exactamente 25 años, esta generación del 911 con el código interno 996 aseguró, junto con el Boxster, que Porsche continuara siendo independiente. Los aficionados quedaron asombrados cuando lo vieron por primera vez en el Salón del Automóvil de Fráncfort de 1997.

Era un auto que rompía con lo convencional. A excepción del icónico diseño del 911, muy modificado, y del motor trasero de seis cilindros bóxer, todo era nuevo. Utilizaba la refrigeración por agua en lugar de aire y un innovador concepto de piezas compartidas con el Boxster 986. Hasta los pilares B, los elementos internos del 996 y del Boxster eran idénticos. Los ingenieros y diseñadores estaban resueltos a tomar caminos completamente nuevos.


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Era el momento de “romper con los viejos hábitos”, recuerda hoy August Achleitner. De 1989 a 2000, ocupó el cargo de director de Planificación Técnica de Productos, Conceptos y Formatos de Vehículos, incluidos los Proyectos Especiales. Como tal, fue el responsable estratégico del concepto global del 996. “Porsche necesitaba un auto en un segmento de precio más bajo, para ayudar a generar un mayor volumen de ventas. Así que esto llevó a la idea de que el Boxster y el 996 compartieran piezas”.

No había duda de que el nuevo 911 tenía que parecer un 911, pero qué motor se instalaría en la parte trasera no estaba claro inicialmente. “Experimentamos con el motor porque los diseños de dos válvulas por cilindro refrigerados por aire estaban al final del camino tecnológicamente, en términos de emisiones y potencia”, dijo. “Y el bóxer de cuatro válvulas refrigerado por aire no funcionaba debido a varios puntos calientes que no podíamos controlar. En 1989, incluso instalamos un V8 compacto en la parte trasera a modo de prueba, pero esa idea también la descartamos. Así que eso nos llevó a los motores bóxer de cuatro válvulas refrigerados por agua”.

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