Según publicó el portal Diario Gestión: La cevichería Mi Barrunto se convirtió en un emblema del distrito de La Victoria. Tras casi 30 años de operación, ahora abrirá un nuevo restaurante al norte de Lima.
La cevichería Mi Barrunto se convirtió en un emblema del distrito de La Victoria. Tras casi 30 años de operación, ahora abrirá un nuevo restaurante al norte de Lima. Augusto Sánchez, chef ejecutivo de Mi Barrunto, mencionó a Gestión que la marca busca tener mayor cobertura en Lima. También planea tener otros dos locales el próximo año.
Mi Barrunto abrió su primer local fuera de La Victoria
Mi Barrunto abrirá un local de 1,200 m2 en la Av. Industrial, en Independencia, en octubre. Sánchez estimó una inversión de S/ 1 millón. La oferta gastronómica del restaurante será fusión, es decir, ya no se enfocará solo en comida marina como en La Victoria. “También ofreceremos comida criolla, como lomo saltado, arroz con pato o el seco de cabrito”, señaló.
La marca también evalúa otros distritos para dos locales más el próximo año, entre los que destacan Ate, La Molina, Santa Anita, Villa el Salvador, Villa María del Triunfo y San Juan de Miraflores.
Servicio de noche
Sánchez anunció que aprovechará las Eliminatorias para el Mundial de Fútbol para la activación de un ‘fan fest’ en el local de La Victoria. La intención es capitalizar la cantidad de clientes en horario nocturno, cuando las cevicherías no suelen atender.
“Este será un negocio con ofertas gastronómicas distintas a la comida marina, como anticuchos, panes con chorizo, productos que no necesiten mucha candela”, precisó el ejecutivo. De noche, la sede de La Victoria también ofrecerá bebidas, activaciones con marcas y animación en vivo.
Menos ventas
Por otro lado, Sánchez asegura que la coyuntura social y política de unos meses atrás generó que el consumo decaiga en comparación a años anteriores.
Así, Mi Barrunto experimentó una reducción de comensales del 30% frente al año pasado. No obstante, las perspectivas en adelante son alentadoras. “Este año mantenemos el optimismo porque las fronteras se abrieron. Hay más demanda externa que interna. Todo el mundo quiere venir a comer a Lima”, comentó Sánchez.
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