En Panamá, otorgan derechos legales a las tortugas marinas

En Panamá, otorgan derechos legales a las tortugas marinas, una nueva ley en Panamá otorga a las tortugas marinas el derecho legal de vivir y transitar libremente por un ambiente sano.

Ya entrada la noche en una playa en Panamá, un grupo de estudiantes universitarios excava un nido de tortugas marinas en la arena para estudiar los huevos bajo un suave resplandor rojo de las lámparas, registrar el éxito de la anidación y verificar que no haya crías atrapadas en el fondo. Mientras tanto, efectivos armados del Servicio Nacional de Fronteras montan guardia, en una zona conocida por la actividad de narcotraficantes.


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Guiaba el trabajo Callie Veelenturf, fundadora un grupo creado para proteger las tortugas laúd y que impulsó una nueva ley en Panamá que otorga a las tortugas marinas el derecho legal de vivir y transitar libremente por un ambiente sano.

La nueva ley “permitirá a cualquier ciudadano panameño ser la voz de las tortugas marinas y defenderlas legalmente”, escribió Veelenturf en un mensaje de texto al abordar el avión a Ciudad de Panamá después de trabajar con su grupo en Armila. “Podremos obligar a gobiernos, empresas y ciudadanos a rendir cuentas legalmente por violar los derechos de las tortugas marinas”.

La ley, sancionada en marzo por el presidente, fue una victoria para la gente que brega desde hace tiempo por los llamados derechos de la naturaleza, el reconocimiento de que los animales tienen el derecho legal de existir y prosperar y de que se puede demandar a quienes violan esos derechos. Los expertos esperan que otros países tomen medidas similares para proteger a las especies amenazadas.

“Las leyes habituales no bastan para luchar contra la crisis de la extinción y el cambio climático”, manifiesta Erica Lyman, profesora de Derecho y directora de la Alianza Global Legal para los Animales y el Ambiente en la facultad de Derecho Lewis & Clark en Portland, Oregon. “Es un intento de crear un nuevo marco que ofrece esperanza”.

Habitualmente, se aprueban las leyes de protección de la vida silvestre que parecen beneficiar a los seres humanos, agrega Lyman. En contraste, la ley panameña tiene en cuenta las necesidades de las tortugas y el hecho de que los seres humanos deben cuidar su conducta en función de esas necesidades.

La ley otorga a las tortugas marinas el derecho a vivir en un ambiente libre de contaminación y otros impactos humanos que les causan daños físicos o de salud, como el cambio climático, la captura incidental, las construcciones costeras y el turismo desregulado.

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