«Vamos a ayudarte a entender tus oportunidades», dice el jefe de la aplicación de entregas Rappi a restaurantes y marcas de alimentos. «Por qué el miércoles quizás no sea el mejor día para ti, o por qué el almuerzo es mejor que la cena».
La oferta de Sebastián Mejía puede parecer audaz para una empresa de entregas, pero ayuda a explicar la razón por la que Rappi está gastando mucho en una expansión relámpago en América Latina. Está cargando silenciosamente la potencia de su arma secreta: los datos.
La compañía, cuyas mochilas naranjas de mensajería se han convertido en familiares en lugares como São Paulo, Bogotá y Ciudad de México, aún no ha obtenido un centavo de ganancias después de cinco años.
Sin embargo, tres ejecutivos dijeron a Reuters que, detrás de escena, Rappi estaba recopilando datos de consumidores y ventas codiciados por marcas de consumo que van desde el grupo de alimentos Nestlé hasta el fabricante de cerveza Anheuser-Busch InBev, así como restaurantes, supermercados y tiendas.
La rápida expansión de la compañía, no obstante, podría ser una estrategia de alto riesgo, y se basa en mantener el flujo de efectivo de los inversores hasta que se materialicen las ganancias.
«Parte de la visión de Rappi es construir un ecosistema», dijo a Reuters Mejía, de 35 años y cofundador de la compañía, en una entrevista. «Es mucho más que una empresa de entregas».
Lea más aquí