Este año nos puso a prueba a todos, tanto a los que se encontraban estables en todos los aspectos de su vida como a los que no. Nos llevó a los límites máximos de incertidumbre y las reinvenciones menos pensadas. Levantó nuestra capacidad de construir ideas y crecer y a su vez también golpeó nuestro lado más sensible y emocional. Dentro de todo esto nos llevó también al desafío de aprender a adaptarnos a los cambios y volvernos más flexibles a los nuevos retos y roles que aprendimos a desarrollar durante estos meses de pandemia.
Esto mismo sucede también en nuestras marcas, porque quienes consumen nuestros productos son los mismos que han sufrido y sufrimos este gran cambio. Esta es la oportunidad para las marcas de proponer, replantear y crear nuevas formas de hacer las cosas… con una economía cambiante, con diferentes situaciones de estrés y un lado emocional a flor de piel, es cuando más creativos y empáticos debemos ser.
Hay factores que ya son requisito básico del día a día, entrar a una tienda con mascarilla, mantener la distancia y usar alcohol gel, ya no nos impresiona como al principio, sino que se volvió obligatorio por el bien de todos, ser convenientes o publicitar ofertas es más del día a día… hoy nuestros consumidores han tenido el tiempo necesario para volverse más seleccionadores, más pensantes, analistas y calculadores de aquello en lo que realmente van a invertir… si no me suma, no me sirve.
Hoy las marcas debemos pensar qué nos deja este 2020 y empezar a trabajar desde este cambio global. Entonces qué podemos decir que aprendimos…
- Confianza y compromiso: Demostrar que cumplimos, que lo que prometemos es cierto, que detrás de comerciales, banners o avisos publicitarios hay personas que entienden lo que el cliente busca, el vender sin decir que les estoy vendiendo, pero entregando un producto que realmente sirve o que influye positivamente en la vida del cliente. Beneficios no promesas.
- Aprovechar el tiempo ganado en menos tráfico y traslados: este es un aspecto relevante, consideremos que la pandemia también ayudó a que muchas actividades que se hacían posterior a la oficina como ir al gimnasio por precaución se disminuyan… por ende es un momento que podemos ser parte de la vida del usuario… es aquí donde debemos tocar el hilo de la sensibilidad y ser partes del “compartir con la familia, amigos o pareja” cualquiera sea la situación de vivienda, inclusive hasta la soledad pueden ser características que podemos aprovechar para que el cliente se incline por averiguar, leer, comprar o usar nuestros productos. El hecho es estar presente sin gritarle que estamos ahí, sino ser su compañía.
- Resiliencia: fundamental en estos tiempos, entregar mensajes de ánimo, conectarnos a los valores, dar mensajes de esperanza y evitar por sobretodo recordar el estrés que sufrimos a diario por la incertidumbre. Fundamental cambiar el mensaje descriptivo o informativo por un mensaje empático y de fuerza… gran desafío para los redactores.
- Cautivar / atraer: no es una tarea fácil pero si logramos el efecto sorpresa conseguiremos atraer a ese nuevo cliente. No nos olvidemos que al estar en “encierro” entramos en una peligrosa monotonía.
Estos son solo algunos de los aprendizajes que nos deja este año, nos invita a salir de lo convencional creando contenido que aporte valor al día a día de las personas, entendiendo los nuevos medios que estamos ocupando, los cambios de rutinas, los comportamientos y también lo que nuestros clientes añoran y esperan recuperar una vez estemos fuera de esta crisis sanitaria.
Feliz fin de año y excelente 2021 para todos!
