Transformación tecnológica y desafíos en América Latina

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En todo proceso de transformación -tecnológica en este caso- surgen oportunidades espectaculares. Ahora son para América Latina.

Por Eduardo Moraga, Marco MKT


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El futuro de las empresas y la adopción de nuevas tecnologías son temas recurrentes en la actualidad. Las inteligencias artificiales basadas en algoritmos de procesamiento de lenguaje natural y otras tecnologías que optimizan nuestra productividad laboral están ganando protagonismo y podrían generar incertidumbre en muchos profesionales sobre lo que les depara el futuro inmediato. Sin embargo, en todo proceso de transformación surgen oportunidades espectaculares.

Transformación tecnológica y desafíos en América Latina

En este sentido, es importante considerar algunos indicadores que pueden ayudarnos a comprender mejor los desafíos de esta transformación. Uno de ellos es el nivel de alfabetización digital en entornos laborales, un aspecto que se habla poco pero que resulta fundamental. En general, nuestro continente no cuenta con indicadores que nos posicionan como líderes en investigación y desarrollo. Por ejemplo, mientras que a nivel mundial se invierte aproximadamente un 2,33% del PIB en I+D, en América Latina y el Caribe estamos en un preocupante 0,6%. Esto significa que nuestro continente debería esforzarse al menos cinco veces más para acercarse al promedio mundial.

Además, carecemos de un estándar educativo que garantice una implementación orgánica de estas tecnologías en la vida cotidiana. Para evaluar el desempeño de nuestro continente en materia de innovación y desarrollo, resulta interesante analizar el Índice Global de Innovación (Global Innovation Index), un reconocido indicador que evalúa diversas dimensiones relacionadas con el desarrollo de los países, como el capital humano, la educación, la inversión en investigación y desarrollo, la madurez y sofisticación de los mercados, entre otros.

Según la edición de 2022 de este índice, de los 136 países evaluados, Chile lidera en Latinoamérica considerando el índice global que pondera cada una de las dimensiones. Sin embargo, ocupa el puesto número 50, seguido de cerca por Brasil en el puesto 54, México en el puesto 58, y luego Colombia, Uruguay, Perú, Costa Rica y Argentina en los puestos 63, 64, 65, 68 y 69 respectivamente.

Si profundizamos en algunos sub-indicadores del estudio, encontramos datos poco alentadores pero llenos de retos y oportunidades. Por ejemplo, en áreas como la creación de patentes y la generación de conocimiento, nuestra participación en el ranking se sitúa en promedio en el puesto 75 de 136 países. Estamos muy lejos de los países desarrollados y bastante cerca de naciones asiáticas y africanas.

Un factor importante que considerar es el tipo de exportaciones que generan nuestros países. Mientras que el 13% de los productos exportados desde nuestra región se consideran de alta tecnología (productos altamente intensivos en investigación y desarrollo, como los de las industrias aeroespacial, informática, farmacéutica, de instrumentos científicos y de maquinaria eléctrica), a nivel mundial el porcentaje es del 20%.

América Latina, como continente, produce alrededor de 100,000 publicaciones científicas al año, una cifra similar a la de países como Alemania, Japón e Inglaterra. Sin embargo, es importante destacar que esta cantidad es aproximadamente cuatro veces menor que la generada por Estados Unidos. En términos de generación de patentes, la diferencia es aún más amplia, ya que Estados Unidos produjo 32 veces más patentes que toda América Latina en el año 2020.

A pesar de estas brechas y de estar rezagados en comparación con los países desarrollados, es fundamental que América Latina no renuncie a buscar una mayor sofisticación de su industria a través de la inversión en investigación y desarrollo. Las empresas desempeñan un papel primordial en la estrategia de desarrollo de los países y en la preparación de las futuras generaciones para enfrentar la rápida disrupción tecnológica a la que nos enfrentamos.

Es necesario que los países de la región impulsen medidas concretas para promover la investigación y el desarrollo, fortaleciendo la colaboración entre el sector público, el sector privado y las instituciones académicas. Asimismo, se deben fomentar programas de educación digital que preparen a los profesionales para adaptarse y adquirir las habilidades necesarias en este entorno en constante evolución.

A pesar de las diferencias existentes, América Latina tiene el potencial de cerrar la brecha en investigación y desarrollo, y avanzar hacia una industria más sofisticada. La determinación y el compromiso con la inversión en investigación y desarrollo, tanto por parte de los gobiernos como de las empresas, son clave para lograrlo.

Fuentes:

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