Te puede gustar Coca-Cola, o puedes odiarla, pero «es-la-marca». Su logo es reconocido por el 94% de la población mundial.
Coca-cola no se vende en Cuba y en Corea del Norte. El mundo tiene 194 países, réstale dos y ya sabes en cuántos países se vende Coca-Cola.
Te puede gustar Coca-Cola
Coca-Cola no es solo Coca-Cola, hacen tantas bebidas diferentes que, si tomas una al día, te tomaría más de 9 años probarlas todas. Tene una cartera de productos de más de 3500 bebidas (y 500 marcas), que van desde refrescos hasta bebidas energéticas y bebidas a base de soya.
Pero Coca-Cola ya en el 99, cruzó las fronteras y lanzó su propia gama de ropa deportiva y de moda en lo que fue la primera expansión significativa de la marca Coca-Cola fuera de su mundo vernáculo.
Aún no se han hecho eco los foros y revistas especializadas de aquí, pero Coca-Cola Gran Bretaña acaba de anunciar el lanzamiento de su primera tienda insignia de Coca-Cola en Londres.
Coca-Cola reconvertido en retailer por primera vez en Europa. Ofrece una gama de colecciones de ropa de edición limitada, colaboraciones de diseñadores exclusivos, artículos de regalo y creaciones de bebidas únicas.
«Retailizacion» de las marcas
En Estados Unidos ya ha abierto varias, y me cuentas que van bastante bien.
Esta «retailizacion» de las marcas, cada vez será más común, creando autopistas directas a los consumidores. Por supuesto, en este tipo de tiendas su fin principal no es tanto vender (que también), sino crear puertas sin derechos de admisión con entrada a universos propios.
Tiendas-templo de la marca, donde los consumidores no reciban cientos, miles de mensajes de miles de marcas, un universo habitado por una sola marca. Esa fronterización de lo que se vende, genera una uniformidad en todo, sobre todo en lo periférico a lo material de la marca, precisamente en lo inmaterial de la marca es donde nace la diferencia: la atención al cliente, lo experimental (para bien), los valores, la historia, el compromiso.. eso se eleva hasta geografías imposibles en una tienda multimarca.
Y esta «retailización» de las marcas, este DTC (Direct to consumer) en un mundo digital, es cada vez más sencillo, y eso nos obliga a los retailers a reformularnos. Durante años los distribuidores (léase retailers) se vistieron de fabricantes con sus marcas propias (marcas blancas), y ahora los fabricantes se visten cada vez más a menudo de distribuidores. Y al final todo convergerá en el medio, en el ecosistema total.
Seguirán las tiendas multimarcas de moda, por ejemplo; y seguirán los supermercados con miles de marcas, pero cada vez más, en estos territorios plurales, los retailers deberán aportar cada vez más argumentos a las marcas para que éstas no se los salten para ir a modelos D2C, y eso pasa por abandonar por fin sus mentalidades de distribuidores (empresas que mueven cosas que luego venden por precios, generalmente con rebajas o descuentos), para pasar a convertirse en artesanos de experiencias positivas de los consumidores.
Fuente: linkedin.com
