¿Te considerás una persona aliada de la comunidad LGBTQ+?

intive - Lara Rivas

Por Lara Rivas, embajadora LGBTQ+ en intive

La historia del colectivo LGBTQ+, desafortunadamente, está plagada de desigualdades y violencias, que persisten en la actualidad. Por eso, como sociedad, debemos mantener este tema en agenda y seguir trabajando en conjunto para eliminar estas desigualdades y violencias. Activá tu empatía con cada persona con la que interactúas, especialmente con la comunidad LGBTQ+ y otros grupos subrepresentados.


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Existen tantas versiones de la sigla LGBTQ+ (lesbianas, gays, bisexuales, trans, queer, +personas no binarias, +intersexuales, +asexuales, etc.) como identidades de género y orientaciones sexuales haya. Por eso, incluir el símbolo + es clave para no dejar a nadie afuera.

Comparto a continuación una serie de recomendaciones que podés aplicar en tu vida diaria para asegurarte de que respetás a todas las personas en su diversidad.

¿Quién? ¿Por qué? ¿Cómo?

Ahora que ya tenemos algo de contexto, repasemos 3 preguntas relevantes que nos llevarán a responder nuestra pregunta inicial: «¿sos una persona aliada para el colectivo LGBTQ+?»

¿Quién?

Una persona aliada para el colectivo LGBTQ+ es una persona ajena a la comunidad LGBTQ+ que comprende las desigualdades de oportunidades a las que se enfrenta y quien se esfuerza por corregir esas desigualdades.

¿Por qué?

Hay muchas razones por las que una persona es aliada del colectivo LGBTQ+:
Por el éxito profesional: los datos muestran que los equipos diversos e inclusivos son más productivos, innovadores y, por lo tanto, más rentables. Una de las razones es que al ser más diverso se incorporan más puntos de vista y, por lo tanto, se reducen los sesgos en el diseño y la toma de decisiones.

Por la equidad y la justicia social: venimos de una larga historia de opresión y desigualdad y es necesario que trabajemos en conjunto para revertirlo. Esto incluiría lo que solemos llamar solidaridad.

Por las infancias: podés sentir el impulso de convertirte en una persona aliada para el colectivo LGBTQ+ por tus hijos, hijas, sobrinas, sobrinos, nietas o nietos, para que crezcan con igualdad de oportunidades y luego generen igualdad de oportunidades para los demás.

¿Cómo lo aplicamos a nuestras realidades cotidianas?

A continuación, una lista de ideas para implementar y, así, convertirte en una persona aliada:

– No interrumpir: las personas de grupos subrepresentados son más propensas a ser interrumpidas, así que hacé una pausa y escuchá. Al ser constantemente interrumpidos y subrepresentados en la cultura dominante, estos grupos reciben el mensaje de que lo que tienen para decir no es importante ni interesante, y comienzan a ocupar cada vez menos espacio. Al dejar que hablen libremente y alentarlos a que se expresen, reforzamos la idea de que lo que dicen es importante e interesante y colaboramos con que recuperen su espacio en la sociedad.

– Mantener una mente abierta: escuchá, aprendé, desaprendé, equivocate y volvé a aprender. Tengamos apertura a diferentes formas de ser y entender el mundo en el que vivimos. Recordemos que no es necesario que entendamos algo (una idea, un concepto, un sentimiento, una identidad, etc.) para respetar a alguien.

– Detectar y destruir las microagresiones: las microagresiones son comentarios o insultos intencionales o no intencionales que envían mensajes hostiles, despectivos y negativos a un grupo marginado. En el caso de la comunidad LGBTQ+, algunos ejemplos de microagresiones son los siguientes:

Hablar de la identidad LGBTQ+ como si fuera una decisión o un estilo de vida.
Fortalecer los estereotipos de la comunidad LGBTQ+.

Negar la existencia de la bisexualidad.

Excluir a un miembro de la familia LGBTQ+ o a su pareja de la vida familiar.
– Prestar atención al lenguaje: el lenguaje es una herramienta poderosa para entendernos a nosotros mismos y vincularnos con nuestro entorno. Prestá atención y aprendé las palabras que usa una persona para describir su identidad, sus pronombres o las palabras que usa para describir su discapacidad, religión, etc. Si tenés dudas sobre cómo referirte a alguien, lo mejor que puedes hacer es preguntar. Si te equivocás, está bien; podés disculparte y corregirte. Tener y mostrar una actitud abierta al aprendizaje es lo más valioso. Siempre es mejor preguntar que suponer.

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