Sebastián Miranda: Más conectividad, mayor autonomía

Mano sosteniendo celular mostrando pantalla con imágenes de personas

El actual escenario educativo de nuestro país es extremadamente complejo, lo cual lo hace muy desafiante. Si bien, lo inesperado de la pandemia y por lo tanto, lo poco preparado del sistema educativo en su totalidad ha generado mucho desgaste y estrés en docentes, estudiantes y apoderados en estos meses, también es cierto que hay puertas que se abren de cara al futuro, las cuales resultan ser muy interesantes y necesarias.

Ciertamente el proceso de enseñanza-aprendizaje no funciona de la misma manera cuando se está presencial que en un contexto remoto, pero el piso mínimo es que los estudiantes cuenten con infraestructura y medios, tanto de dispositivos como de conectividad. En ese sentido, sin duda se pudo haber ido más rápido permitiendo por parte del Mineduc, el uso de fondos para equipar a los estudiantes, cosa que se hizo recién hace poco tiempo o también, haber establecido alianzas con empresas de telecomunicaciones para facilitar el acceso. Recién hacia 2021 un porcentaje importante de los alumnos podrá tener acceso a conectividad con un dispositivo.


Banner_frasco-suscripcion-800x250

El otro aspecto imprescindible para lograr buenos aprendizajes en formato remoto, es la metodología a utilizar y eso implica cambios de práctica profundos a nivel de los docentes, entregando cuotas de autonomía a los estudiantes para que experimenten, ejerciten, investiguen y desarrollen habilidades en casa de manera más personalizada y a su ritmo, dejando los momentos colectivos, presenciales o remotos, para fijar conceptos, avanzar en contenidos o resolver dudas.

Es esperable que aún cuando la ansiada vacuna nos permita volver a clases presenciales de manera masiva durante el próximo año, el formato no presencial o híbrido gane un espacio del tiempo y del currículum por los variados beneficios que presenta ampliando el abanico de posibilidades de acercamiento al aprendizaje personalizado y en uso del tiempo.

El valor de la clase presencial no tiene discusión, en relación al aprendizaje y en la socialzación, pero es probable que de otorgar libertad y autonomía a los procesos,  la irrupción de las tecnologías en educación –una vez que sean masivas y de uso democrático- contribuyan al desarrollo de generaciones más empoderadas y creativas, que deban resolver situaciones integras por si mismos demandando situaciones de aprendizaje cada vez más novedosas y desafiantes. Esto no quiere decir que el profesor pierda sentido, sino que se trasforma en una guía. La autonomía del estudiante es un punto vital que, junto al acceso a conectividad y tecnología, nos hace pensar en una reestructura a gran escala del sistema escolar nacional.

Banner_azules
Reciba las últimas noticias de la industria en su casilla:

Suscribirse ✉