RPA: ante la contracción económica, una necesidad para continuar con la digitalización

Juan Jorge Herrera

Por: Juan Jorge Herrera- CEO de Rocketbot

Las consecuencias del conflicto entre Rusia y Ucrania y los coletazos post pandemia, que vinieron acompañados del incremento del dólar, la inflación y el alza de las tasas de interés, están a la vista: contracción económica y un difícil futuro inmediato para las empresas. Pero más allá de lo preocupante que puede sonar, es, sin dudas, una oportunidad.


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Entre la nube de incertidumbre, hay pocas certezas, pero por suerte una de ellas es la tecnología, que puede ser una gran aliada para tomar buenas decisiones en tiempos de crisis. ¿Gasto? Yo lo veo como inversión para reducir costos y mejorar la productividad.

En esa línea, el uso de la automatización robótica de procesos (RPA) es una suerte de sinónimo con “uso inteligente de los recursos». ¿La razón? Permite liberar a las personas de tareas repetitivas y operacionales para que puedan concentrarse en los objetivos principales de su negocio, sumando productividad, innovación y tiempo a las operaciones de impacto.

Inicialmente, la RPA ayuda en la automatización de tareas rutinarias y estandarizadas, por lo que aumenta la productividad generando un impacto instantáneo, si se aplica bien. Al mismo tiempo, genera una retribución mayor con una menor inversión frente a otras tecnologías disruptivas, como la inteligencia artificial o el machine learning, que son más costosas de implementar y con una curva de aprendizaje superior. En números, el ROI tras la implementación de RPA puede verse reflejado mucho más rápido, en cosa de pocos meses, debido a su facilidad de implementación, y además abarata los costos operacionales en un 50% hacia arriba.

Los robots de software, que se hicieron populares en la banca para los procesos de conciliación e integración de bases, hoy prácticamente participan en todas las áreas de negocio en compañías de casi cualquier industria. Hablamos de áreas de venta, logística, recursos humanos, documentación, y un largo etcétera.

Es por esto que los tiempos complejos que vienen no tienen por qué ser sinónimo de pausar los planes de digitalización, sino que todo lo contrario. Un proceso bien puede automatizarse en días o pocas semanas, y de ahí en más ir escalando, si junto a la implementación tecnológica se acompaña de una cultura organizacional proclive a los cambios y desafíos.

Las empresas están propensas a las crisis y la incertidumbre. Sin embargo, mantener procesos poco eficientes es mucho peor que apostar por un proyecto de digitalización que incluya RPA. Por supuesto, es un paso que se debe dar con la preparación adecuada.

Existen herramientas para que la implementación sea eficiente, conveniente y escalable. Así mismo, la experiencia de los últimos años ha dejado en evidencia que estos cambios vienen a pasos agigantados y se necesita migrar la mayoría de los procesos claves desde su estado análogo actual al siguiente nivel digital. Por tanto, confiar en la tecnología para tener mayor visibilidad, control y eficiencia de los procesos, no es solo un respaldo, sino que también la tranquilidad de poder contar con eficiencia para tiempos de incertidumbre.

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