No hay duda de que la pandemia fue un tremendo impulsor para la innovación. Como consecuencia de la crisis sanitaria, la transformación digital de las industrias se convirtió en una urgencia y muchas startups surgieron como actores clave para enfrentar un mercado incierto que nos ha dejado el COVID-19. Hoy, de acuerdo con diferentes estudios recientes, Latinoamérica se ha convertido en un semillero de emprendimientos con más de 6.000 startups a nivel regional. Sin embargo, aún tenemos muchos desafíos por resolver.
El primero y el más importante es perder el miedo. Aún existe en nuestra región temor a las nuevas ideas, simplemente porque existe la posibilidad de fracasar. Sin embargo, sin nuevas ideas y errores el mundo no avanza. Las startups buscamos a través de la innovación solucionar los principales problemas de las sociedades. En Mudango.com, por ejemplo, nuestro objetivo es facilitar la vida de las personas en un proceso tan estresante como es una mudanza. A través de la tecnología, nos preocupamos de que las personas puedan disfrutar de este cambio, haciendo todos los trámites online, de forma rápida y eficaz.
Debido a la importante contribución que hacen las startups al bienestar social y reconociendo que la innovación tiene el potencial transformador para las economías de nuestra región, es fundamental que Latinoamérica avance con decisión y velocidad hacia una cultura que fomente la innovación. ¿Por qué no transformarnos en el hub de innovación del mundo?
Sin embargo, las startups no podemos perseguir este objetivo solas. Es clave el trabajo conjunto con los gobiernos, las universidades y el sector privado. La innovación debe ser un tema regional, debemos potenciar la colaboración entre países para compartir buenas prácticas, fomentar las nuevas ideas y perder el miedo todos juntos. La colaboración público privada debe permitir a los emprendedores pensar en grande y resolver los principales problemas regionales.
Además, debemos avanzar en conjunto para dar solución a uno de los mayores desafíos que tenemos como sociedad: la escasez de talento digital. El sector público y privado, las universidades, y las startups, deben avanzar ahora ya hacia la capacitación de las personas para trabajar con las nuevas tecnologías. Esto es urgente, porque el futuro de la economía y el trabajo está en la digitalización.
Es momento de perder el miedo y avanzar hacia una sociedad abierta a cambiar, a los desafíos y a las grandes ideas.
